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Desarrollo ganadero en el árido con uso de buffel como complemento del pastizal natural

Implantar buffel grass como complemento del pastizal natural mejora los desarrollos ganaderos del árido Departamento Ayacucho. Así lo demostró Juan José Arossa, un productor que abrió su campo “La Lela” ubicado 30 kilómetros al oeste de Quines para que más de sesenta invitados recorrieran los lotes cultivados con esta pastura de origen sudafricano y que le permitió aumentar la carga animal.

Fue durante una jornada organizada por la Sociedad Rural del Norte, INTA Quines y Ministerio del Campo, el asesor del establecimiento Raúl Castagno relató su experiencia con el buffel, que inició en agosto de 2012.

El técnico del INTA Quines Marcos Coelli, uno de los más entrenados de la región en el manejo de esta pastura, explicó que el buffel es una especie de crecimiento primavero-estival que comienza a brotar con las lluvias de primavera y que se seca con las primeras heladas: “A esta pastura hay que implantarla en áreas degradadas; nunca destruir un pastizal natural con una buena condición o con posibilidades de recuperarse en el corto plazo con el fin de sembrar bruffel; en todo los casos servirá de complemento del pastizal natural, pero nunca como su sustituto”.

El establecimiento “La Lela” desarrolla ganadería de cría en 1.100 hectáreas. En agosto de 2012 realizó el primer rolado en 350 hectáreas, con 6 kilos de buffel por  hectárea, mientras que en otras 200 hectáreas implantó con el proceso de rolado en septiembre de 2014 6 kilos de buffel más un kilo de gatton panic por hectárea.

Entre los datos productivos revelados por el productor, se destacan los de un lote de 80 hectáreas con buffel, donde el 3 de enero pasado entraron 208 vacas con 140 crías, más nueve toros. Allí estuvieron 24 días consumiendo una producción de 660 kilos de materia seca por hectárea, unas 5.208 raciones.

El buffel implantado en “La Lela” es de la variedad Texas 4464, el más difundido por su plasticidad a diferentes condiciones climáticas  y su elevada producción de semillas.

Coelli también advirtió que esta pastura requiere un período de implantación antes de someterla a primer pastoreo, para asegurar un buen desarrollo de las raíces  y evitar que los animales la arranquen: “Es importante dejarla semillar para que la pastura se resiembre naturalmente; con 8 a 10 plantas por metro cuadrado  se considera que la pastura tiene una buena cantidad y distribución de plantas”.

El técnico del INTA Quines dijo que en relevamientos locales, el buffel arroja datos de producción que van desde los 843,5 kilos de materia seca por hectárea hasta 2.639 kilos, con una densidad de plantas  por metro cuadrado entre cinco y 17.

El sistema de manejo recomendado considera la implantación de buffel en una superficie de entre el 10 y 15% de la superficie total del establecimiento, para usarlo como pastura en el período de parición y servicio: “Con este manejo, el pastizal natural entra en descanso, se vigoriza,  y semilla, al mismo tiempo que permite mejrar la receptividad del campo por una mayor cantidad de forraje disponible, pasando de 10 a 12 hectáreas por equivalente vaca, a 7 hectáreas”.

FOTO: INTA San Luis