Tres kilómetros al norte de Desaguadero y bordeando el río del mismo nombre, en el árido límite San Luis-Mendoza aparece un cristalino espejo de agua, formado por el azud que en 2014 inauguró el gobierno puntano para recuperar los humedales y con ellos el antiguo ecosistema, y, a pesar que aún no está lleno, ya tiene 1.000 metros de ancho por 3.500 de largo, mientras que los vecinos de la zona celebran el regreso el rocío matinal, desaparecido hace más de cuatro décadas.
El comportamiento de esta presa, la segunda aguas abajo después de la construida con iguales características 22 cimómetros al norte del cauce del Rio Desaguadero, fue revelada recientemente en su página de Facebook por el ingeniero agrimensor Guillermo Aguado, autor de gran parte de los estudios y relevamientos iniciados hace seis años en todo el recorrido del río y que contemplan la generación de un espejo de agua de más de cinco mil hectáreas.
“Es la primer obra ambiental, a favor de la naturaleza y del planeta realizada por San Luis ante la decisión precisa y oportuna de Alberto Rodríguez Saá”, elogió el especialista tras ilustrar que en los primeros mapas desde el año 1700 en adelante ya aparecen graficadas estas lagunas, que fueron “testigos y sirvieron de apoyo, fuente de agua, alimentos y descanso a cientos de campañas y conquistas que hacen a nuestra historia”.
Pero se lamenta que la misma mano del hombre las fue destruyendo, llegando a secarlas por completo. Muestra una serie de planos del Archivo de Indias, confeccionado en año 1791, en los que se puede apreciar la Ciudad de San Luis, la Ciudad de Mendoza, el Rio Desaguadero y sus lagunas, como también la existencia del camino Buenos Aires – San Luis – Mendoza, denominado “Camino de Mendoza por la Travesía a San Luis y Buenos Aires”.
En otros planos de la Geografía de Gez del año 1800, también se aprecia la permanencia de las lagunas: “Y algo que es notable en estos documentos y cabe mencionar, es que, el Río Mendoza es el que daba origen a éstas y en la actualidad, su aporte es nulo, debido al uso excesivo que realiza la provincia vecina”.
Adjunta unas fotos del año 2001 cuando estaba realizando algunas tareas en el rio, e inclusive cuando se evitó la “colonización por parte de Mendoza sobre tierras nuestras”.
Regeneración de lagunas y bañados
Con estas dos presas comenzó la recomposición del ecosistema del río con la regeneración de lagunas y bañados que fueron desapareciendo a través del tiempo y a la vez desatando la restauración de unas cinco mil hectáreas de humedales preexistentes entre la zona que abarca desde el Arco del Desaguadero, al sur, hasta El Ramblón, al norte.
Estas obras de remediación ambiental, que no contemplan la retención ni el desvío del río, restablecerán el hábitat natural existente que la dinámica hidrológica del cauce fue deteriorando.
Estos dos “azudes de retardo”, que permiten bajar la velocidad del río e impedir la socavación de su lecho y márgenes y al mismo tiempo provocan un progresivo embancamiento que terminará con la regeneración de los humedales.
El Desaguadero nace en las Lagunas de Guanacache, en el límite tripartito de las provincias de San Luis, Mendoza y San Juan, marcando el límite interprovincial entre San Luis y Mendoza, corre hacia el sur, hasta encontrarse con los bañados del río Tunuyán, donde continúa con el nombre del Salado, hasta llegar al río Colorado, para luego desembocar en el Océano Atlántico.
Los afluentes que aportan en este recorrido, son los ríos Bermejo, San Juan, Mendoza, Tunuyán y Diamante. Antiguamente su caudal era de 200 metros cúbicos por segundo, conformando aguas abajo de Guanacache una serie de siete bañados que mantenían el ecosistema y la biodiversidad del oeste puntano.
El objeto de las obras es la restauración del río Desaguadero para detener la erosión “retrocedente”, la que ha profundizado su cauce vaciando las históricas lagunas y generar nuevamente los embalses
Las presas son sólo de nivelación, con el objeto de levantar el “pelo de agua” y producir la inundación. No se pretende de ninguna manera la retención y desvío para otros usos de este líquido.
Se busca que los embalses, que tienen muy poca profundidad y un volumen medio, alcancen un gran espejo de agua.
El más extenso de todo Cuyo. Actualmente viven en la zona unas dos mil personas, llamados “laguneros”. Guanacache es un sistema de lagunas y bañados encadenados, alimentados por los ríos Mendoza y San Juan y hace muchos años los desagües del Bermejo, que descargaba por el río Desaguadero.
Es considerado uno de los humedales más extensos de Cuyo, con una rica biodiversidad, con una gran cantidad de aves acuáticas que utilizan los bañados como una estancia en su emigración.
Estas lagunas del desierto vienen desapareciendo poco a poco por la erosión retrocedente que sufre el río. Este fenómeno produjo que el cauce del río se profundice, llegando en algunos lugares hasta 15 metros de profundidad.
Por qué se perdieron
A factores externos e internos adjudican los informes a que el río Desaguadero sufrió grandes problemas en estos últimos años.
Actualmente, el constante aprovechamiento integral del agua en la cuenca alta y media que está realizando Mendoza y San Juan, a través de la regulación de sus cauces, ha disminuido marcadamente el aporte al Desaguadero, lo que viene poniendo en peligro una región que en el siglo pasado, ha tenido un valor incalculable en cuanto a sus recursos naturales.
Internamente, la erosión “retrocedente” causada por las crecientes y la desaparición de los saltos de tosca, ha profundizado su cauce, transformándolo en una gran barranca de unos 15 metros de altura. Por la misma erosión, esta barranca se desplazó y se está desplazando río arriba, introduciéndose en las lagunas naturales, produciendo su vaciamiento.
Foto: Agencia de Noticias San Luis