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Del piso al podio: el boom porcino que marcó un antes y un después en 2025

El sector porcino argentino atraviesa en 2025 uno de los momentos más prósperos de la última década, luego de haber transitado un 2024 crítico, con márgenes en rojo y fuerte incertidumbre para los productores. Una conjunción favorable de precios de venta y un abaratamiento histórico en los costos de alimentación impulsaron un rebote sin precedentes, que hoy es celebrado en granjas de todo el país.

Según el último informe elaborado por el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea, a cargo del especialista Franco Artusso, los márgenes netos de una granja porcina de eficiencia media se ubican entre los más altos de los últimos diez años, en una recuperación que contrasta de manera contundente con el escenario adverso de 2024.

Los números muestran la magnitud del cambio. En pesos constantes de julio de 2025, el sector pasó de perder en promedio -$11 por kilo producido en 2024, a obtener un resultado positivo de $367 por kilo en los primeros siete meses de este año.


Esta mejora no solo implicó un rebote interanual extraordinario, sino que también superó al promedio de $258 por kilo registrado entre 2016 y 2023. En dólares constantes, los márgenes se consolidaron como los segundos más altos de la década, apenas por detrás de los logrados en 2017.

En términos de rentabilidad, la foto es igual de elocuente: una granja de eficiencia media alcanzó un 22% sobre costos totales entre enero y julio de 2025, frente al -1,5% de 2024 y por encima del promedio histórico del 14%.

La explicación del fenómeno radica en una doble combinación: ingresos que crecieron un 5% en términos reales, y costos que cayeron casi un 15%.

El precio del capón mostró señales de recuperación, aunque todavía se ubica un 7% por debajo del promedio real 2016-2023. Esto deja en claro que la rentabilidad récord se apoya más en la baja de los costos que en una mejora sustancial de ingresos.

En julio de 2025, el capón tipificado se comercializó a $1.848 por kilo vivo (USD 1,46/kg), con cinco meses de retrocesos en términos reales, aunque aún por encima de los valores del año pasado. El mercado anticipa una mejora en la segunda mitad del año debido a la estacionalidad de la demanda.

Por el lado de los costos, una granja de eficiencia media registró en julio de 2025 $1.667 por kilo producido, un 4,7% menos que un año antes y 10% inferior al promedio 2016-2023. Solo en 2017 se habían alcanzado niveles similares.

La clave estuvo en la alimentación, que explica cerca del 60% de los gastos totales. Entre enero y julio, este rubro cayó un 17% en términos reales, apuntalado por el abaratamiento de la soja y el maíz. El resto de los costos también se redujo, salvo la mano de obra, que subió 16% y representó el 10% del total.

El informe del IERAL subraya que las diferencias de eficiencia productiva generan escenarios muy distintos:

  • Granjas de alta eficiencia: $537 de margen por kilo (36% de rentabilidad).
  • Granjas de eficiencia media: $367/kg (22%).
  • Granjas de baja eficiencia: apenas $77/kg (4%).

A esto se suma el impacto de la ubicación geográfica. Las granjas alejadas de los puertos, con acceso más barato a los granos, logran menores costos de alimentación y, por lo tanto, mejores márgenes. Entre enero y julio, una granja ubicada a 450 km de Rosario obtuvo $367/kg de margen, contra $326/kg a 150 km y $286/kg en zonas cercanas al puerto.

Las simulaciones son concluyentes: una variación del 10% en el precio de los granos puede modificar los márgenes en más del 48%, sin importar la localización, lo que confirma la enorme sensibilidad del sector al costo de alimentación

La recuperación del sector porcino en 2025 marca un punto de inflexión para una actividad que venía golpeada por la inestabilidad macroeconómica y la presión de costos. Hoy, con granos más baratos, precios de venta relativamente estables y una organización productiva más eficiente, las granjas argentinas se ubican en niveles de rentabilidad inéditos en los últimos diez años.

Sin embargo, el desafío está en sostener esta competitividad en un contexto global volátil y con costos que podrían repuntar en los próximos meses. El sector, que pasó “del piso al podio” en apenas un año, sabe que el gran reto será consolidar estos logros y transformarlos en un crecimiento sostenible.