En los últimos días hemos difundido información sobre el decomiso de alimentos, realizado por agentes responsables de la Cabina Sanitaria de Villa Mercedes. Ante ello El Semiárido tuvo la curiosidad de conocer cómo funciona ese organismo municipal para poder transmitir a sus lectores los detalles de la tarea que cumple.
Para ello estuvimos dialogando con Mónica Crespo, jefa de Subprograma Cabina Sanitaria, quien dejó en claro que se controla el ingreso de todo tipo de alimentos, líquidos y sólidos, a la ciudad de Villa Mercedes; explicó cómo es el mecanismo que se sigue y comentó algunas de las transgresiones que se cometen.
Cabina Sanitaria, junto a los subprogramas Bromatología y Libreta Sanitaria, está dentro del Programa Calidad Alimentaria a cargo de la ingeniera agrónoma Luciana Bertozi. A su vez, este programa está dentro de la Secretaría de Desarrollo Sustentable, cuyo secretario es Mario Mondelli.
La Cabina Sanitaria de Villa Mercedes está en el ingreso a la ciudad por Ruta 8, sobre la Avenida Perón, frente a un supermercado y al costado de una estación de servicios YPF. Quien pase por ese sector se va a encontrar con camiones transportadores de alimentos estacionados, para certificar su ingreso en la ciudad.
Mónica Crespo explica que está ubicada allí porque todo camión que llega con carga de alimentos, ya sea líquido o sólido, debe registrarse. De esta manera, el conductor del vehículo después selecciona por qué avenida accede acorde con el lugar donde debe descargar el producto.
“Nosotros controlamos la temperatura, el vencimiento y que el producto esté en buen estado. Todo lo que sea alimento, sólido o líquido, se controla. No se reduce a los productos frescos, sino que a todo tipo de alimentos”, se encarga de dejar en claro la jefa del organismo municipal.
El camión además de ser inspeccionado debe pagar un canon que lo establece cada inicio de año el Concejo Deliberante de Villa Mercedes.
Los transportadores de alimentos ya conocen que en cada ciudad del país deben reportarse al ingresar. Nuestra ciudad no es la excepción. Está debidamente señalizado antes de llegar y el rango horario en el cual son atendidos se extiende desde las seis de la mañana las 22 en la noche, horario corrido.
Comenta Mónica Crespo que a la tarde/noche no hay mucho movimiento de camiones. En cambio a la mañana pasan entre 20 y 30. Los días que hay mayor movimiento como los martes y jueves, llegan a estacionar unas 40 unidades para ser inspeccionadas, sólo en la mañana.
El personal que desempeña sus actividades en el lugar es una bromatóloga y un veterinario, por la mañana. Por la tarde, una bromatóloga. Además de ellos están los inspectores.
“Nosotros controlamos la temperatura, el vencimiento y que el producto esté en buen estado. Todo lo que sea alimento, sólido o líquido, se controla», explica Mónica Crespo.
En cuanto a las transgresiones que más se suscitan por parte de los transportistas, la funcionaria relata que cuando llega un camión con verduras debe inspeccionar minuciosamente dado que a veces se encontraron con que debajo de la lechuga había maples de huevos. ¿Cuál es la trampa? Preguntamos. Éstos pagan otro canon.
Los camiones que transportan productos de panificados “a veces nos dicen que traen sólo panificados, pero cuando abrimos el vehículo nos encontramos también con fiambres. Por eso debemos controlar todos los camiones. Nos mienten, entonces debemos controlar bien”, destaca.
También ocurre que el certificado de Senasa fue extendido para un tipo de carne y en el transporte viene otro. Lo mismo sucede con los fiambres. Conclusión: No se puede dejar ingresar ese alimento.
Cuando un camión deja la mercadería en un negocio la factura debe tener estampado el sello de paso por la Cabina Sanitaria. Por esta causa es que, además del personal en la oficina, también hay inspectores recorriendo la ciudad. Si la factura de alimentos no tiene el sello de paso por Cabina, quien debe pagar el canon respectivo es el dueño del negocio.
A cada introductor se le labra un acta donde consta el control de Senasa, la patente del vehículo, tipo de alimento que ingresa, y dónde lo lleva. Esto les permite saber la frecuencia de compra de producto por parte de cada comercio. Cuando detectan que pasa un lapso más extenso que el habitual, es motivo para que se realice una inspección.
En la repartición no se maneja dinero. Se elabora el cupón respectivo y se le entrega al introductor. Éste lo paga en un local cercano a la cabina y con el comprobante sellado parte a dejar el alimento en los locales de la ciudad.
En cuanto a incumbencias, se puede decir que Cabina Sanitaria es la responsable del control de los alimentos que ingresan en la ciudad, mientras que el Subprograma de Bromatología es la encargada de controlar los alimentos en los comercios o como se los llama familiarmente, los alimentos en góndola (estado, fechas de vencimiento, temperatura, etc.).
¿Qué ocurre cuando decomisan una carne que no está en mal estado, sino que hay un error administrativo? ¿Qué hacen con esa carne?
Nosotros tenemos freezer. La guardamos allí hasta que el Tribunal de Faltas nos envía la orden de restituir el alimento porque la faz administrativa ya fue solucionada. Mientras la jueza no dé la orden sobre qué hacer, el alimento debe permanecer en guarda en Cabina Sanitaria. Si está vencido lo llevamos a servicio ecológico y presenciamos su destrucción.
El decomiso de los alimentos por razones de temperatura va de la mano del factor estacional. En verano se produce mayor cantidad que en invierno. Mónica Crespo comentó que este año en invierno fue inusual dado que se decomisaron muchas cargas. Las causas fueron variadas: temperatura, Senasa, camión no habilitado, etc. “Nunca tuvimos tantos decomisos como este invierno”, dijo la funcionaria.
“Nuestro trabajo es importante porque cuidamos la salud de la población”, concluyó la jefa de Cabina Sanitaria.