Inicio Agricultura Comenzó a trabajar la comisión que certificará la calidad de la fibra...

Comenzó a trabajar la comisión que certificará la calidad de la fibra del algodón de San Luis

El algodón de San Luis toma carrera para pegar un gran salto comercial. En una jornada realizada en Quines quedó conformada la comisión que certificará la calidad de la fibra producida en el norte de la provincia y se integró con representantes del INTA, Senasa, Colegio de Ingenieros Agrónomos y de las empresas dedicadas al cultivo.

Este paso de enorme valor se dio el martes pasado en la Agencia Quines del INTA, donde se formalizó la comisión y cuya primera resolución fue establecer las fechas de cuatro salidas a lotes determinados para realizar el respectivo seguimiento, que terminará con el desmote y enfardado en la planta de la firma Puramel SA. La primera salida se concretó el mismo día de la jornada en un lote del establecimiento El Hormiguero, cerca del límite con La Rioja, que presenció El Semiárido (foto).

El acontecimiento es considerado histórico para quienes ya saben por evaluaciones privadas que la fibra del norte de San Luis tiene valiosas condiciones comerciales no reconocidas, ya que hoy el mercado del algodón es poco transparente.

Esta es la segunda jornada destinada a este objetivo. Esta vez el seguimiento será mucho más expeditivo porque el algodón se desmotará en la planta que Puramel tiene cerca de Quines, y no en el Chaco, como se planeó en un principio. La certificación final de calidad de la fibra, definida por grados comerciales y parámetros tecnológicos establecidos por  el Programa de Asistencia para el Mejoramiento de la Calidad de la Fibra de Algodón (Procalgodón), llegará cuando este organismo entregue estampillas para adherir a cada fardo donde en código de barras estarán los datos exactos del lote, productor, provincia y el análisis de la fibra, que servirá para regular el mercado.

La comisión de San Luis la integran Héctor Andrada, jefe de la Agencia INTA de Quines y principal protagonista que juntó a los actores indicados; Carlos Tarucelli, ingeniero agrónomo y responsable de Puramel; Pablo Mestre, profesional representante en San Luis de Sanidad Vegetal del Senasa. Y Pedro Bidoggia, representante del Colegio de Ingenieros Agrónomos y Profesionales Afines de la Provincia de San Luis (CIAPA).

También participaron de la jornada Hugo Díaz Flores, vicepresidente de la Confederación Rural de San Luis y miembro del IPCVA; Jorge Mercau, coordinador del Proyecto Regional del Oeste en San Luis del INTA; Romina Dowansky, Puramel SA; Pablo Bodrito, Puramel SA; Carlos García Maistegui, Senasa San Luis; Jorge Soto, asesor agronómico y genético, y Javier Bartolomé, Senasa San Luis.

Este sistema de certificación ya se aplica en el norte del país desde hace dos años y fue pensado para contrarrestar el desajuste comercial que sufren los pequeños productores, explicó Andrada: “Esta es una oportunidad para el norte de San Luis, porque con esta certificación y de acuerdo a información extraoficial que manejamos sobre la calidad que tiene ya la fibra, podemos revalidar esto a nivel nacional y darle un mejor sentido a los recursos naturales  productivos de la provincia, y será de gran utilidad para la imagen de las empresas algodoneras locales”.

En 1993 se declaró plaga al Picudo del Algodonero y en 2000 se dispuso la emergencia  sanitaria nacional. En 2002 sale la resolución 488 del Senasa que establece un sistema que permite actuar preventivamente en todos los casos en que estén comprometidas la sanidad animal, vegetal o calidad agroalimentaria, recordó Bartolomé. El norte de San Luis está libre de esta temida plaga

El técnico precisó que en la campaña 2013-2014 se implantaron 2.774 hectáreas, en 2014-2015 4.100 y  ahora 4.158 hectáreas, distribuidas en 68 lotes y tres empresas: Puramel SA, AGD e Indara.

Con un  monitoreo quincenal, el Senasa tiene instaladas 503 trampas, que se colocan sobre varillas a una altura de metro y medio, que contiene una tableta con feromonas como atrayente y otras con insecticida para que el insecto que ingrese muera allí. Ambas tabletas se reemplazan mensualmente.
Las trampas se ubican en la periferia de los lotes cada 300 metros, en zonas aireadas para favorecer la circulación de las feromonas. Se colocan 45 días antes de cada siembra.

La Agencia Quines del INTA cumplirá en 2016 sus diez primeros años de vida con sus objetivos iniciales cumplidos, como el de integrar equipos, interactuar con los actores públicos y privados de la zona.

En 2011, el INTA Quines realizó un relevamiento  en todas las empresas dedicadas al algodón, que por entonces suman 2.700 hectáreas. Lo primero que surgió en eso informes  fue un trabajo articulado con el Senasa, INTA,  y otros organismos pensando en esta región para protegerla del Picudo del Algodonero.

A raíz de esta información, el 26 de agosto de 2011 se realiza una jornada grande, en la que surgen compromisos y se empieza a conocer más  el tema del Picudo, acciones que terminan por despertar el interés por ingresar al Procalgodón.

Luego se logra que el Ministerio del Campo se involucre con una resolución brindando protección a través de Cosafi en los puestos limítrofes, previa capacitación brindada por el INTA.

Taruselli, directivo de Puramel e integrante de la comisión de calidad de fibra, expresó su entusiasmo personal y de la firma que representa con este gran paso para el algodón puntano: “La disposición de la empresa  es de sumarnos a este proyecto, a colaborar, incluso con la desmotadora que poseemos en Quines. También queremos tener la foto cuando los fardos tengan la estampilla final con certificado de calidad en origen. Deberíamos crecer incorporando certificación de calidad de semilla, hoy muy demandada en el norte del país”.

FOTO: El Semiárido