En menos de dos años, el novedoso sistema le proporcionó al matrimonio Reta un rentable negocio, cuyo círculo cierra con la venta en San Luis de cortes envasados al vacío.
Pensando en estimular el consumo de carne de cordero durante todo el año, y no solo en las fiestas, dos productores lograron en menos de 24 meses, concretar sus planes productivos y comerciales en el establecimiento Agapanto, ubicado a dos kilómetros al norte de Leandro Alem. Es un nuevo nicho comercial que Federico Reta y Paula Dasso empezaron a conquistar con éxito, con un enorme esfuerzo y constancia detrás. Con 140 madres ya alcanzaron una producción superior a los 4 mil kilos de cortes de cordero por año y que comercializan envasados al vacío en dos carnicerías de Juana Koslay, mientras que integran la carta de varios restaurantes de San Luis.
Todo esto tiene un punto de partida innovador: el sistema de ciclo completo lo realizan en túneles con cama profunda, cuyas virtudes fueron explicadas durante una jornada realizada en el establecimiento y al que asistieron técnicos, asesores, estudiantes de la Universidad Nacional de San Luis y productores, entre ellos, el exministro del Campo Reynaldo Pastor que se está iniciando en este novedoso método productivo en su campo de Estancia Grande.
Empujados por el buen ánimo que dejó una lluvia la noche anterior, los anfitriones explicaron que originariamente Agapanto era una empresa contratista rural dedicada a las fumigaciones terrestres y siempre vinculada a la ganadería bovina.
Confort y ganancia. Federico Reta y Paula Dasso hicieron realidad su apuesta por la ganadería ovina bajo cama profunda.
“Decidimos cambiar de rubro, vendimos las máquinas, salió la oportunidad de comprar esta propiedad en Alem y probamos con aromáticas, pero no dimos en la tecla”, le dijo a revista El Campo Federico Reta, propietario del emprendimiento.
“Con María Rodríguez, la asesora técnica, y Paula, mi esposa, nos preguntamos qué hacemos y alguien tiró ovejas y dije sueltas no, así apareció este sistema y acá estamos”, sintetizó.
Arrancaron en 2020 por medio de la Ley Ovina, pero la pandemia demoró la marcha de la producción, hasta que en 2021 comenzaron con 70 madres.
Arrancaron en 2020 por medio de la Ley Ovina, pero la pandemia demoró la marcha de la producción, hasta que en 2021 comenzaron con 70 madres.
“A mediano plazo seguirnos tratando de ingresar a un mercado de carnes Premium, el objetivo principal para que la producción siga siendo rentable; a largo plazo, buscamos comercializar nuestros cortes fuera de la provincia y producir 10 mil kilos de carne por año. Actualmente estamos en 4.400 kilos”, describió Reta.
Hoy la explotación cuenta con dos camas profundas de 8 metros por 22,70 para rodeo de cría. Cada una de las camas alberga 74 madres, con un espacio de 2,45 metros cuadrados por animal.
Las razas con las que trabajan con Texel, Hampshire Down y cruzas entre estas. Los machos son Dorper.
Convocatoria. Productores, técnicos y estudiantes participaron de la jornada que mostró la intimidad productiva de Agapanto.
Tienen planteado un servicio en marzo-abril y otro en abril-mayo. “Venimos muy extendidos en los servicios, con 60 días, pero debemos acortarlo 45 días porque estamos en un lugar cerrado y no se necesita tanto tiempo”, comentó Rodríguez.
Para tener producción todo el año, quieren implementar un servicio de primavera, aunque les advierten que a partir de los 32ºC se generan muchos abortos. “Haremos una prueba porque en este sistema la temperatura es más baja en el interior del túnel”, adelantó.
Tienen 90% de parición y 85% de destete. Es el primer año que toman datos finos en planillas, pero implementarán la caravana electrónica para contar con información certera para analizarla y tomar mejores decisiones.
Un problema a solucionar es el ataque de gatos domésticos de la zona que se comen los corderos ni bien nacen.
Respecto a la edad del destete, los están haciendo en base a dos parámetros, a los 60 días o con 18-20 kilos, para pasarlos a la etapa de engorde.
Los machos se castran y van a la venta y las hembras a reposición del rodeo o venta, según las condiciones del animal.
“Tenemos proyectado instalar una cama profunda más, aunque destinada al engorde, más otra móvil para separar las madres melliceras y las que están con bajo peso corporal”, adelantó Rodríguez, y aunque los corderos están bien, consideran que en alimentación deben mejorar: “Trabajamos con balanceados y maíz, pero debemos ajustar variaciones según si el destino es mantenimiento, gestación temprana o tardía”.
Los animales hacen dos consumos diarios. Por la mañana temprano y a la tarde, con dos a tres horas a campo para consumo de forraje. La parte sanitaria la trabajan con la asistencia de un veterinario, más un trabajo extra mensual que es el control del crecimiento de las pezuñas, que al estar en suaves camas de paja, no tienen el desgaste que ocurre con los animales a campo.
Para la cama profunda se utiliza rastrojo de centeno a razón de tres rollos de 400 kilos mensuales por cama.
“Controlamos a la humedad en el piso y la compactación de la cama, porque cuando ocurre, vemos que los animales empiezan a toser por el polvillo”, describió como otro detalle a tener en cuenta en el sistema de confinamiento.
Los beneficios de este sistema son la carga animal en el establecimiento. Tienen 140 madres en el espacio de las camas, que les brinda confort y temperaturas adecuadas, más el control del rodeo.
Carne. Los corderos recién destetados pasan a engorde hasta alcanzar los 40 kilos.
La profesional explicó que una vez destetados, los corderos no son engordados en cama profunda, sino en un corral acondicionado especialmente: «Los animales lo sienten porque son otras condiciones, si bien están bien, hasta que se acomodan se resienten, pero ahora con la nueva cama profunda las condiciones van a cambiar».
En el próspero establecimiento buscan un animal de 45 kilos, con los que hacen cortes, que envasan al vacío.
De acuerdo a los datos brindados por Sol Puntano, que es donde hacen la faena, el rendimiento de la res es de 48 al 51% y una ganancia diaria de peso estimada en 250 gramos.
De todos modos, Rodríguez consideró que es poca toda la información que vienen recopilando, por lo que estimó que tal vez deba replantearse el sistema de engorde: «Si bien nos viene dando réditos, creemos que podemos ser muchísimo más eficientes en eso».
La dieta se suministra al 3% del peso vivo, con alimento balanceado y maíz.
Para la comercialización, el establecimiento cuenta con un RUCA (Registro Único de la Cadena Agroalimentaria) que les permite faenar en frigorífico.
«Tenemos un socio que es estratégico e importante, que es la carnicería Dónde está la Vaca, cuyos dueños son mis padres, donde comercializamos», reveló Reta y agregó que en Juana Koslay tiene otro punto de venta de cortes en Manchego.
Sin embargo, advirtió que «donde creemos que hemos encontrado un lugar para meter nuestro producto, son los restaurantes, donde trabajamos con ciertos chefs que valoran el producto, pero que a su vez les preguntamos qué están buscando para meter en sus menús».
Destacó que ese es el nicho principal donde deben apuntar, porque tiene muy buena salida, aunque siempre manteniendo la calidad y la continuidad, «dos aspectos con los que se trabaja muy bien».
Por otra parte, Reta dijo que se encuentran tramitando los dos registros sanitarios nacionales que les permitirá sacar su producto fuera de la provincia.
«Para comercializar, salimos, caminamos la calle, algo que lleva mucho tiempo; cuando salimos con esto me preguntaron cómo lo iba a vender, ya que producir es fácil, pero los clientes están y hay que buscarlos; los encontramos y creemos que hay muchos más», recordó el empresario.
La mercadería tiene buena circulación en las dos carnicerías de Juana Koslay, según describió, ya que hay clientes que han incorporado en su dieta semanal la carne de cordero. Pero también dijo estar convencido que hay un gran mercado fuera de la provincia y que está disponible; «hay que aprovecharlo».
Los cortes refrigerados incluyen bifes que se cortan de las piernas, más costeleta, costillar, vacío y paleta deshuesada.
Los números que mostró Reta indican que el costo por kilo producido es de $1.760, el precio promedio de venta es de $2.500 el kilo a valores de hace quince días. La ganancia por kilo producido es de $740 y son 22 los kilos que finalmente salen a la venta por animal.
Estos valores, aclaró, son promedios de todos los costos, ya los precios para carnicerías son diferentes a los de restaurantes.
Reta también administra la estancia La Verde, un campo al sur de Villa Mercedes, donde tiene acceso a los rollos de centeno que utilizan para las camas profundas y que están incluidos en los cotos, como el maíz del mismo origen, que lo paga a precio pizarra.
La propietaria, Liliana Freysz, estuvo en la jornada.
El alimento balanceado lo traen de Villa Mercedes.
La lana la regalan a hilanderas de San Francisco del Monte de Oro ya que no es mucha la cantidad como para obtener un valor comercial.
La jornada tuvo el apoyo del intendente de Alem, profesor Walter Funes, que la declaró formalmente «de interés zonal» en favor del desarrollo productivo de ese pintoresco corredor.
Diego Natalini, representante de DLJ Ingeniería, los proveedores de los kits de estructuras para producción ganadera, en este caso para ovinos.
Explicó que la estructura debe estar a favor de los vientos predominantes del lugar. Agregó que el largo máximo de la estructura debe ser tres veces el ancho, mientras que el alto debe ser la mitad de ancho, todo para que haya buena circulación de viento.
Entre las ventajas y beneficios que destacó el técnico, está la conversión alimenticia, porque se busca el bienestar del animal y que engorde más rápido.
La cama profunda también permite el aprovechamiento de los efluentes como abono orgánico.
Florencia «Tori» Miccoli, es ingeniera zootecnista, especialista integrante del equipo técnico de Pecore, un centro de consultoría y capacitación en producción ovina, elogió vía streaming el sistema de cama profunda.
«Es bastante innovador en ovinos y además porque insistimos con elmanejo de la parición en parideras, porque a la oveja le hace muy bien por el estrés y porque el cordero nace en otro resguardo», destacó.
Insistió en que todo lo que ayude a la oveja cerca de la parición y en la crianza, seguro le hará bien al cordero: «Cuando el cordero anda bien con la ganancia de peso y la inmunidad, irás al éxito de producción de carne, más si estás interesado en que el ovino sea un negocio también».
Lucas Bonell, director del Módulo Ovino del INTA Manfredi, expuso sobre periparto en estos animales y explicó lo que hacen en esta estación experimental con el sistema de cama profunda.
Destacó el alcance de la jornada en Agapanto, porque estas actividades fomentan la producción ovina, que «hace falta que se empiece a mostrar, porque es una actividad que no está valorada, tanto en la producción como en la comercialización».
Dijo que se trata de pasar de ser un «tenedor de ovejas» a productor ovino.
«La oveja tiene distintos períodos en el año: una etapa seca, cuando no está con cordero; el servicio con un golpe energético entre 15 a 20 días antes del servicio para estimular la ovulación y lograr más partos múltiples; el período de gestación con diferentes requerimientos de alimentación que deben atenderse», recomendó.
El técnico insistió en prestar especial atención a la alimentación de la oveja, porque de ello dependerá el éxito de la producción de carne.
Revista ElCampo.