El campo argentino puede aportar rápidamente para frenar el creciente desempleo nacional, según la opinión del candidato a presidente por Compromiso Federal, Adolfo Rodríguez Saá: “Si sacamos las trabas a las exportaciones y eliminamos totalmente las retenciones, pero en la soja hacemos una disminución gradual, ponemos en macha la economía productiva del complejo agroalimentario argentino, lo que puede significar entre 800 mil y un millón de nuevos empleos”.
El senador nacional por San Luis habló ayer durante casi media hora con el analista del Canal Rural Carlos Etchepare y propuso generar trabajo poniendo en marcha el aparato productivo del país y dijo adherir a los informes de la Sociedad Rural Argentina y de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (FADA), que proponen eliminar las retenciones y las restricciones a las exportaciones como los ROEs (Registro de Operaciones de Exportación).
Los ROEs son un “monumento a la corrupción y a la arbitrariedad” dijo Rodríguez Saá, el único candidato que durante el reciente debate entre candidatos presidenciales se refirió al campo: “Cuando tenés preparado un novillo no podés esperar a que salga un ROE; el animal tiene que ir al frigorífico ser procesado para a exportarlo; cuando tenés las peras y las manzanas en el cajón no podés esperar a que salga un ROE”.
Pero también opinó que debe fortalecerse la industrialización del país, un aspecto que consideró sencillo: “Si en lugar de comprar los vagones de ferrocarril a China los fabricamos en los talleres ferroviarios de Buenos Aires, Mendoza, Córdoba o Tucumán; si en vez comprar las locomotoras las fabricamos en el país; si a la industria automotriz le vamos aumentando gradualmente el cupo de productos nacionales, aumentamos los empleos en forma espectacular”.
Insistió en que si a las peras y manzanas no se las puede cosechar y se las deja entrar desde Chile, por ejemplo, deben eliminarse las retenciones y los ROEs, a lo que agregó “una pequeña ayuda” sacando la carga impositiva al gasoil para producir y para transportar: “Con esto haríamos rentable o por lo menos soportable la situación y las peras y manzanas se cosecharían”.
Rodríguez Saá se preguntó además cómo puede ser que en Argentina sea más barato importar las manzanas, pera s o limones: “¿No será un plan para quedarse con la riqueza de los productores, de los grandes intereses, de los que llaman el círculo rojo?”
De todos modos, aclaró que no solamente debe defenderse la producción desde el punto de vista económico: “Detrás de la producción está el sueño de un abuelo que un día soñó cultivar la tierra y le transmitió esa cultura a su hijo y su hijo a su hijo y hoy los nietos y los bisnietos están produciendo y si le quitamos esa fuente de producción y de trabajo trasformamos su cultura y lo mandamos a trabajar a un taller mecánico”.
Recordó que durante el conflicto de la Resolución 125 se había incorporado a la actividad ganadera en San Luis y que veía jóvenes que circulaban llenos de entusiasmo y hablaban del banderillero satelital, de la agricultura de precisión, de la siembra directa, del maneo del GPS, la incorporación de la tecnología y de los avances científicos y tecnológicos a la actividad del campo: “El conflicto por la 125, la lucha y el enfrentamiento hizo que esos jóvenes se fueran y en vez de que el hijo del productor continúe la tarea de su padre y su abuelo, lo mandaron a la ciudad y esas producciones se perdieron junto con la calidad de ese productor que se formó y ama la tierra; esto le hace mucho daño a un país”.
Rodríguez Saá dijo que al mirar lo que hace Europa, que subsidia la producción, le paga un plus al productor para que se quede en el campo, entiende que en Argentina se puede hacer porque hay recursos suficientes: ”Solo hay que administrar bien, porque se dilapidan millones y millones de pesos en muchas actividades improductivas”.