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Las sales proteicas rompen el techo de digestibilidad de los pastos en campos de cría del oeste de San Luis

Médico veterinario Horacio De La Mota.

La baja digestibilidad de los pastos naturales del oeste provincial y su déficit en proteínas impiden levantar el índice de preñez en los campos de cría, un techo que puede superarse con el uso de sales proteicas.

Este mejoramiento que puede alcanzarse en los sistemas productivos de cría fue explicado a El Semiárido por Horacio De La Mota, médico veterinario con un amplio conocimiento geográfico de la provincia y creador de la Sal Proteica Monte, que comercializa a través de Agronegocios 4 Hnos S.A.

El análisis del profesional se originó buscando bibliografía y recurriendo a informes del INTA, que en su último informe de 2018 realizado en conjunto con la Universidad Nacional de San Juan, más la Asociación de Zonas Semiáridas, contiene un relevamiento de los pastos naturales que hay en la zona de cría, que incluye a San Luis y que básicamente determina qué calidad tienen.

“Siempre fue una inquietud preguntarse dónde hacemos cría nosotros y qué nos ofrece esta zona,  qué nos demanda el individuo (la vaca)

La zona en cuestión  va desde San Luis por la ruta provincial 3 hasta Unión y desde San Luis hasta La Toma, desde allí hacia el oeste”, según describió.

De La Mota llegó a la conclusión que, en toda esa zona, los pastos naturales ofrecen en promedio no más de 7.6% de Proteína Bruta y un promedio de 1.8 a 1.9 de EM por kg de Materia Seca.

Por eso considera necesario hablar del equilibrio nutricional de los rodeos de cría desde el punto de vista de proteínas y de energía.

“Lo que nos ofrece naturalmente esa zona no supera el 7.6% promedio de proteína; en un rodeo de cría tenemos grandes categorías: la vaquillona preñada, que se hizo vaca y que es de primer parto, y la vaca vacía y preñada adulta. Esto apunta más que todo la vaca preñada, porque se supone que como empresa tenés que tratar de lograr la máxima cantidad de preñez posible y esto explica el por qué hay un destete nacional del 56%”, destacó.

Para el médico veterinario, esto muestra que hay déficit, pero que es fácil de solucionar, en especial entendiendo que el criador hoy maneja dentro de toda la cadena, la carne más cara, que es la del ternero: “En algún momento se equiparó con el precio del novillo, que fueron épocas malas para el criador, pero en estos momentos es elite. El criador produce una carne que es de cinco estrellas”.

Equilibrio nutricional

Para tener un sistema productivo hay que tener un equilibrio entre proteína y energía, advierte De La Mota y agrega que, en esas categorías de vacas, oscila en promedio el 10% de requerimiento de proteínas.

Por ejemplo, una vaquillona de primera parición que está produciendo 5 litros de leche, necesita 11,5% de proteína por kilo de materia seca para cubrir esa demanda.

Una vaca con una cría que está produciendo 5 litros, necesita 10,5% de proteína por kilo de materia seca.

“Recordemos que nuestros pastos tienen 7.6% de proteína, un déficit que se agrava más porque el pasto natural tiene una digestibilidad media baja, lo que hace que por un problema de digestibilidad el animal no puede comer la cantidad que podría hacerlo con un alimento de alta digestibilidad”, detalló.

Recordó que todo animal come el 3% del peso vivo y que en el caso de una vaca de cría no supera el 2%. Para una vaca tipo de la zona semiárida de 400 kilos, el 2% son 8 kilos de materia seca que va a comer.

De La Mota sintetizó: “Tenés un requerimiento promedio que ronda el 10% y una oferta del 7.6%, lo que te da claramente un resultado negativo comiendo el 2% del peso vivo.

Porque no puede comer más por problemas de digestibilidad, cuyo resultado, llevado a kilos de proteína anuales, por cada mil gramos de materia seca 100 gramos son de proteína. Si va a comer 8 kilos por día de materia seca, incorpora 800 gramos de proteína, que si los multiplico por 365 lo llevaré a kilos”.

Añadió que entre lo que esa vaca demanda y el campo le ofrece, en una etapa inicial “tenemos que, en una vaca de primera parición, que es la más difícil de preñar, tenga un déficit anual en torno a los 100 kilos de proteína; en el caso de la vaca adulta lactando, tenemos un déficit anual de 80 kilos”.

Estos resultados impiden que se pueda superar el 60 / 65% de preñez, pero como criador “tenés que tener 90%”, insistió.

 ¿Qué se puede hacer?

A la vaca no se la puede suplementar con maíz, por ejemplo, porque es un animal grande y por lo tanto hay que darle mucho, lo cual resulta antieconómico, señaló.

“Lo que se puede hacer es tratar de que, a esa digestibilidad, esa lentitud que tienen los pastos, darle un poquito más de velocidad y eso se logra dándoles sales proteicas. Para aumenta la velocidad de pasaje”, aconsejó.

Agregó que, si se logra aumentar un 20% y con ello subir el 2,4% de peso vivo, esos 108 kilos de déficit de proteína anual en la vaquillona baja a 60 kilos y el déficit que tenía la vaca lactando, con 80 kilos de déficit de proteína baja a 50.

El concepto es que solamente usando sales proteicas en una vaca adaptada genéticamente o que está en buen estado, se producirá un equilibrio total y con ello irá aumentando la preñez.

“Si nos vamos a la parte de energía, también es otro detalle no menor. El problema es el pasto que tenemos, porque no tiene la calidad y por ello hay déficit, con lo cual nunca se superará el 70% de preñez”, insistió y reiteró que, si se suplementa esa categoría, resulta muy difícil y caro, pero recalcó que con 100 a 150 gramos por día de sales proteicas ayudará aumentar la velocidad de pasaje y con ello comenzará a mejorar el equilibrio. Lo mismo ocurre en cuanto a la energía.

¿Qué hacer en los campos de cría?

“Primero debemos entender que en los campos de cría de esta zona están en el eslabón de  la carne elite. Los productores necesitan tener la mayor cantidad de vacas preñadas y por ello es fundamental saber calcular la carga animal que el campo soporta”, dijo.

El médico veterinario advirtió que aun teniendo una oferta forrajera gigantesca, el animal no puede comer más del 2% de su peso vivo por un problema de digestibilidad, lo cual se agrava cuando la oferta de forrajes es más chica o no hay.

“El gran secreto de los campos de cría es que, una vez conocida la carga, hay que trabajar con las sales proteicas sí o sí para aumentar la velocidad de pasaje para lograr que ese poco pasto con esa proteína y esa Energia, trate de cubrir lo máximo posible”, según describió.

Destete hiper precoz

En el caso de cierta categoría, como la vaquillona de primer servicio, que cuando va al segundo servicio falla, o en el caso de la vaca CUT, que se decide sacarla al año siguiente y venderla, son categorías que podrían estar con destete hiper precoz todos los años, consideró De La Mota.

Pero además de las sales proteicas, agregó, el sector de cría tiene otra herramienta más, para mantener siempre índices altos de preñez sobre todo cuando el año no acompaña con las lluvias y es la técnica del  destete hiper precoz.

“Cuando hacés un destete, al requerimiento de la vaca lo bajás al 70%. Por ejemplo, a la vaca de primera parición que le faltaban 100 kilos, al hacerle el destete le sobran 37 kilos, y a la vaca adulta, que le faltaban 80 kilos, dándole sales proteicas y haciéndole un destete, termina el ciclo y le sobran 100 kilos de proteína y preñan”, ilustró.

Señaló que lo mismo pasa con la energía metabólica: de una vaca que tiene un balance energético de menos 1.200 calorías, se pasa a un balance positivo de 150 calorías. “Así se empieza a generar un equilibrio y eso hace que el sistema reproductivo esté perfecto y se preñan todas”.

Foto: Jesica Flandes.