La plaga que puso en jaque a la producción maicera en la última campaña muestra una fuerte retracción en todo el país, y especialmente en el centro-sur de San Luis. Sin embargo, desde el INTA remarcan que las condiciones ambientales del invierno podrían favorecer su migración desde el norte y reactivar el riesgo en los próximos meses.
La chicharrita del maíz, Dalbulus maidis, continúa ausente en la mayor parte de San Luis, según los últimos relevamientos del INTA y la Red Nacional de Monitoreo. Aun así, los técnicos insisten en no bajar la guardia: las condiciones ambientales del invierno en el norte del país fueron favorables para el patógeno, y existe riesgo de migración hacia las zonas centro y sur.
Estela Blanco, técnica del INTA San Luis y referente en los monitoreos del centro-sur provincial, explicó este jueves a El Semiárido que “si bien la plaga prácticamente no se detecta en las trampas de la provincia, el monitoreo debe sostenerse de manera permanente”. En diálogo con la red de monitoreo, la especialista subrayó que “el clima regula las poblaciones de Dalbulus maidis y la rapidez de infección de Spiroplasma y Fitoplasma, por lo que la cantidad de días y horas de heladas y las precipitaciones invernales son factores determinantes para su dinámica”.
Blanco detalló que en el NEA y el NOA comenzaron a registrarse ejemplares infectados, lo que representa una señal de alerta temprana. “El invierno en el norte tuvo condiciones ambientales favorables para el patosistema, y eso implica un riesgo probable de aparición y migración de chicharrita hacia las zonas centro y sur”, señaló.
Desde el INTA Las Breñas (Chaco), equipos técnicos están trabajando en el desarrollo de un modelo predictivo que permita anticipar brotes y mejorar las estrategias de manejo. Mientras tanto, las recomendaciones siguen siendo las mismas: controlar el maíz voluntario, evitar el escalonamiento de fechas de siembra a nivel regional y mantenerse atentos a los informes oficiales del INTA y del convenio MAIZAR-INTA.

“Este año se adelantó la siembra de maíz en buena parte del país, pero eso no significa que el riesgo haya desaparecido. La chicharrita puede no estar visible, pero sigue presente en el sistema. Relajarse no es opción: hay que monitorear”, advirtió Blanco.
El 27° informe de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis, con datos del 12 al 27 de septiembre, mostró una nueva retracción de la plaga en las cinco regiones maiceras, incluso en las zonas endémicas. Según los expertos, esto se debe a la combinación de un invierno más frío y el adelanto de las siembras por las buenas condiciones de humedad.
Sin embargo, los especialistas remarcan que este momento de baja debe aprovecharse para fortalecer el seguimiento y comprender cómo las variaciones térmicas en los períodos de transición, como el actual, inciden en la población de la plaga y en la velocidad de infección.
En el NOA, la ausencia de Dalbulus maidis pasó del 24 al 33%, y en el 40% de las localidades las capturas fueron mínimas (entre 1 y 4 adultos por trampa). En el NEA, la ausencia se mantuvo estable: en el 69% de las trampas no se detectaron ejemplares, y otro 19% registró niveles bajos.
El Litoral mostró un panorama aún más alentador, con el 92% de las localidades sin detecciones, mientras que en el Centro-Norte el 84% también se mantuvo libre de la plaga. Finalmente, en el Centro-Sur, donde se ubica San Luis, el 97% de las localidades no registraron presencia de chicharritas, y el resto se ubicó en la categoría más baja.
“Estamos ante un escenario favorable, pero eso no significa que la amenaza haya desaparecido. Las poblaciones pueden recuperarse rápidamente con un cambio climático leve o un mal manejo del cultivo”, explicaron desde la Red Nacional.
La Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis nació en 2024 como respuesta al grave brote de achaparramiento del maíz que afectó gran parte del país. Coordinada por la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar), reúne al INTA, Aapresid, CREA, la AAPPCE y la EEAOC, entre otras instituciones.
Su tarea consiste en registrar la presencia de adultos del vector mediante trampas cromáticas y analizar el porcentaje de infección con Corn Stunt Spiroplasma (CSS), trabajo que realiza el Centro de Bioinvestigaciones de la UNNOBA-CICBA (Conicet).
Gracias a esta red, hoy el país cuenta con información sistematizada que permite identificar zonas de riesgo y planificar estrategias regionales de prevención.
San Luis, un modelo de monitoreo sostenido
En el caso de San Luis, el compromiso de técnicos, productores y asesores permitió mantener un monitoreo constante durante todo el año, incluso en períodos de baja captura. En localidades como Villa Mercedes, Fraga, Justo Daract y La Toma, las trampas no registraron adultos en las últimas semanas, confirmando una tendencia estable.
“Lo importante es no descontinuar los muestreos. Las condiciones pueden cambiar rápido y la única herramienta que tenemos para anticiparnos es la información”, insistió la ingeniera Blanco.
Con la siembra temprana ya en marcha y un escenario climático que podría favorecer el desarrollo del cultivo, el desafío será mantener el equilibrio entre la oportunidad productiva y la vigilancia sanitaria.
“Hoy el riesgo es bajo, pero la experiencia del año pasado nos enseñó que un par de semanas pueden cambiarlo todo”, concluyó la técnica del INTA San Luis.