En pleno corazón rural de San Luis, la empresa Tancala Agropecuaria impulsa un ambicioso proyecto que conjuga innovación tecnológica, desarrollo regional y formación profesional. En su establecimiento de Donovan, a solo cinco kilómetros de Juana Koslay, funciona Fly-In Agro Aéreo, una unidad especializada en tareas agronómicas aéreas que proyecta expandirse con propuestas inéditas para la provincia.
César Callegari, referente técnico del proyecto explicó a El Semiárido que Fly-In nació con la misión de brindar servicios agronómicos desde el aire, pero que su horizonte va mucho más allá: “Estamos trabajando para habilitar una escuela privada de formación de pilotos, complementaria a la que ya ofrece el Estado provincial”.
La propuesta de Fly-In no solo busca satisfacer la creciente demanda de formación aeronáutica en la región, sino también generar un polo de capacitación para pilotos aeroaplicadores, civiles y de combate de incendios. “Queremos facilitar el acceso a la aviación a quienes viven cerca de la ciudad, con una oferta privada de calidad. Sabemos que el gobierno provincial está interesado en que el sector privado crezca, y confiamos en su apoyo”, aseguró Callegari.
Actualmente, la pista de Donovan funciona exclusivamente como base operativa, donde se resguardan las aeronaves y se organizan las tareas aéreas que luego se despliegan en diferentes zonas rurales.

Capacitación y eficiencia en vuelo
En el marco de la finalización de la campaña 2024-2025, Fly-In llevó adelante una jornada técnica clave para la calibración de equipos y la optimización de aplicaciones aéreas. Técnicos de las provincias de Córdoba y La Pampa participaron activamente en las pruebas.
Maximiliano Cruceño, piloto y socio de Fly-In, detalló: “Hicimos seis vuelos distintos, utilizando tarjetas hidrosensibles y espejos para medir la duración y efectividad de las gotas asperjadas. Probamos coadyuvantes siliconados para reducir la evaporación y mejorar la eficiencia en condiciones climáticas adversas”.
Estas pruebas fueron realizadas con atomizadores en lugar de picos tradicionales, lo que permite una configuración más precisa de las gotas según el tipo de aplicación. “El objetivo es siempre lograr mayor eficiencia y efectividad”, subrayó Cruceño.
Además, confirmó que ya están en contacto con la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) para habilitar la futura escuela de pilotos: “Queremos formar pilotos desde cero, tanto para la aviación comercial como para la agrícola y el combate de incendios forestales”.








Innovación aplicada: coadyuvantes y tecnología
Durante la jornada, el equipo de Fly-In recibió el acompañamiento técnico de Sebastián Jager, integrante del Grupo OMIX, quien trabajó en la calibración de los equipos utilizando coadyuvantes de última generación.
“Hoy estamos probando un producto a base de aceite metilado, que mejora la persistencia de las gotas aplicadas en condiciones desfavorables. Mientras más dure la gota, más efectiva es la aplicación”, explicó Jager. La firma también está ensayando otros desarrollos aún no lanzados al mercado, como parte de su política de mejora continua.
Consultado sobre la receptividad del productor, Jager reconoció que “aún cuesta convencer a quienes nunca usaron aviación agrícola, pero los resultados en campo son los que terminan validando la tecnología. Por eso este tipo de jornadas, con pruebas concretas, son fundamentales”.














