El médico veterinario MSc (master science) Emilio Huguenine brindó una disertación técnica junto al representante regional de Ceva, Pablo Garciarena. Analizaron la inseminación a tiempo fijo (IATF), sus resultados productivos y el impacto económico en los rodeos de cría.
En una jornada destinada a productores ganaderos y técnicos del sector, el médico veterinario Emilio Huguenine, titular de Emilio Huguenine y Asociados SRL, expuso los principales avances y resultados del uso de la inseminación a tiempo fijo (IATF) como herramienta tecnológica para aumentar la eficiencia reproductiva y productiva del rodeo. Lo acompañó Pablo Garciarena, representante regional de Ceva, la cuarta empresa más grande del mundo en sanidad animal.
Durante su intervención, Huguenine remarcó que “el objetivo final de todo este proceso es el bife en el plato del consumidor, la buena calidad de carne. A partir de ahí debemos pensar cada decisión productiva, desde la elección del toro o del semen hasta el manejo de la recría y la nutrición de las vacas y vaquillonas”.
El especialista subrayó que el proceso comienza con una planificación genética clara: “Tenemos que definir hacia qué objetivo productivo apuntamos: carne, facilidad de parto, habilidad materna o características carniceras. Las DEPs (diferencias esperadas en la progenie) son la guía técnica que permite seleccionar toros según esas metas”.
Asimismo, destacó la importancia del manejo nutricional y sanitario en la recría. “La vaquillona debe ingresar al servicio con más de 290 kilos, con un buen desarrollo uterino. Una mala condición corporal repercute directamente en la preñez y en el desarrollo del ternero, porque los miocitos y adipositos, las células musculares y grasas, se multiplican solo en la etapa fetal. Si hay restricciones en las madres, afectará luego la calidad del bife”, explicó.
Citando investigaciones del especialista norteamericano Kushman, Huguenine sostuvo que una vaquillona bien alimentada no solo pare antes y produce terneros más pesados al destete, sino que además permanece más tiempo en el rodeo, aumentando la eficiencia económica del sistema. “Una mala nutrición al inicio repercute en toda la vida productiva del animal”, enfatizó.


En ese sentido, insistió en la necesidad de recrías bien planificadas para reducir los porcentajes de reposición anual: “Si reponemos solo el 15 % del rodeo, estamos aprovechando mejor la inversión y la genética”.
Uno de los ejes de la charla fue la presentación del protocolo J-Synch, desarrollado por el grupo del Dr. Gabriel Bo, del cual forma parte, que mostró resultados estadísticamente significativos en la tasa de preñez de vaquillonas. “Es un protocolo probado en diferentes regiones del país y Latinoamérica y repetible en todo tipo de sistemas, incluso en campos de monte”, señaló Huguenine.
El veterinario explicó que la IATF permite “preñar el 50% del rodeo en el primer día del servicio”, cifra que puede aumentar hasta el 75 u 80% cuando se combina con repaso de toros y/o Resincronización en el primer mes de servicio. “Esto significa más terneros naciendo en el primer mes en la temporada de partos, obteniendo un mayor peso al destete y mejor desarrollo carnicero”, detalló.
Otro punto clave es el balance energético positivo de las vacas al momento del servicio. “Si la vaca pierde peso después de la inseminación, aumentan las pérdidas embrionarias. Hay que garantizar buena alimentación, agua fresca, sombra y manejo adecuado del lote. De lo contrario, se resiente la preñez”, advirtió.
Cuando los animales están con cría al pie, agregó, “si no logran ganar peso, se recomienda el destete precoz y/o anticipado, para que la energía se destine a la reproducción y no a la producción de leche”.

Huguenine compartió experiencias concretas realizadas en San Luis y Córdoba, donde se comparó el uso de hormona recombinante (eCG recombinante) frente a la tradicional extraída de yeguas gestantes. “Obtuvimos una diferencia del 15% a favor del uso recombinante en vacas con baja condición corporal. Cuanto el anestro es más profundo en la vaca, más se nota el efecto del tratamiento”, explicó.
Esta tecnología, desarrollada por Ceva junto a la Universidad Nacional del Litoral, evita el uso de yeguas gestantes para la obtención de hormonas, representando además un avance ético y científico en sanidad animal.
El veterinario también abordó la importancia de la selección del semen: “Hay toros con mayor fertilidad comprobada. Elegir por DEPs permite orientar la producción hacia madres más eficientes o hacia animales con mejor rendimiento carnicero”.
Los ensayos presentados mostraron diferencias del 30 al 40% en producción total, medida en kilos de ternero destetado, entre los rodeos inseminados y los que trabajaron solo con toros. “La combinación de genética, nacimiento temprano y mejor precio de venta genera un impacto económico directo en el productor”, señaló.
En ese marco, destacó la expansión del uso de semen sexado, especialmente en vaquillonas de tambo, y anticipó que “en el futuro será una práctica común también en rodeos de carne”.
Huguenine también se refirió a la necesidad de una buena planificación del manejo de toros, advirtiendo sobre el fenómeno del toro dominante. “En los rodeos, el toro de más edad y con mayor veteranía suele cubrir hasta el 60% de las vacas en celo, desplazando a los más jóvenes. Por eso, cuando se incorporan toros nuevos, conviene que ingresen a servicio con vaquillonas o en rodeos separados, para garantizar que transmitan su genética superior”, recomendó.
El especialista cerró su exposición remarcando que el éxito de un programa de inseminación y mejoramiento genético “depende de una visión integral que combine genética, nutrición, sanidad, instalaciones y manejo”.
“La inseminación a tiempo fijo no es solo una técnica; es una herramienta para ordenar el servicio, mejorar la genética y aumentar la rentabilidad. Cada decisión que tomamos en el campo debe estar orientada a producir mejor carne, más eficiente y de mayor calidad para el consumidor”, concluyó.











