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El Pueblo Huarpe Pynkanta recibió el año nuevo en la Plaza del Cerro, en San Luis

El miércoles 18, el Pueblo-Nación Preexistente y Vigente Huarpe Pynkanta de San Luis, Mendoza y San Juan, inició su Año Nuevo. Cerró el círculo de Fuego de los Ancianos, para esperar un nuevo Sol. La ceremonia se realizó en la denominada Plaza del Cerro, un lugar alto de la ciudad de San Luis, rodeado de monte nativo, que funciona como espacio de recreación para una populosa barriada ubicada al este de la ciudad.

La despedida del ciclo vivencial del Pueblo-Nación culminará el próximo lunes, en el territorio ancestral de El Junquillal, punto tripartito entre San Luis, San Juan y Mendoza, con la “salida del nuevo sol”.

La ceremonia de ayer, realizada en una plaza de la ciudad de San Luis, fue la primera vez que la comunidad Huarpe Pynkanta inició su año en urbanidad. Los hermanos y hermanas hablantes de la lengua originaria, pidieron al Gran Espíritu que abra camino a la justicia y a la libertad en este nuevo ciclo.


El omta Samay Pachay Roque Miguel Gil, máxima autoridad del Pueblo Huarpe Pynkanta, fue el encargado de coordinar la ceremonia y hacer pasar la voz a los integrantes de la comunidad que estaban junto a él. Integra el plantel de la Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena de la Nación, con asiento en la provincia de San Luis.

A medida que avanzaba, explicaba a los presentes las diferentes fases en la que transcurre la vida de los integrantes de la comunidad y los pilares sobre los que se sustenta; la importancia de los ancestros y el denominado “río de estrellas” en el firmamento; la estructuración del año Huarpe, cómo se integra; el andar por la vida acompañados, en “manada”; El territorio, con el monte, los animales, la familia.

Fueron acompañados por algunas personas de la ciudad interesadas por los pueblos originarios y representando al arco político estuvieron presentes los hermanos Alejandro y Federico Cacace, diputado nacional y concejal, respectivamente.

Finalizada la ceremonia, el omta Samay Pachay Roque Miguel Gil, expresó su agradecimiento al Gran Espíritu por “permitir a la comunidad por primera vez sentirnos cerca del algarrobo, la jarilla y hacer un humo en la ciudad: es muy fuerte, es sentirse aceptado”.

Aclaró que ese sentirse aceptado estaba referido al monte. Dijo que El Gran Espíritu abrió caminos y las personas indicadas les dieron autorización para realizar la ceremonia en la ciudad. Hacer el fueguito “fue lo más fuerte”, remarcó.

Destacó que hayan estado presente funcionarios políticos, que se desempeñan en puestos específicos de tomas de decisión, para que se pueda “sentir nuestra voz en esos lugares”. En ese sentido, destacó que el diputado nacional Alejandro Cacace se haya comprometido a gestionar el cumplimiento de la legislación vigente que, si bien está en curso, es muy difícil conseguir su aplicación en los territorios.

El pueblo Huarpe Pynkanta ha solicitado al municipio de Capital que se le autorice a colocar carteles para la protección del monte nativo existente y las plantas ancestrales en los espacios públicos, para fortalecer la identidad. También, para concienciar a la comunidad.