La demanda interna muestra señales de recuperación en los tres principales rubros cárnicos, aunque todavía no alcanza los niveles previos a la recesión de 2024.
Luego de un año marcado por la recesión, la inflación y la pérdida del poder adquisitivo, el consumo de carnes en la Argentina empieza a dar señales concretas de recuperación. Los datos más recientes de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) y de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP) muestran un repunte sostenido en la demanda de carne vacuna, aviar y porcina, acompañando la lenta reactivación económica que comenzó a sentirse en los últimos meses.
De acuerdo con la BCR, el consumo aparente de carne bovina en 2025 asciende a 1,6 millones de toneladas res con hueso, lo que representa un incremento del 7% interanual y se ubica 2% por encima del promedio de los últimos cinco años. Este repunte se da en un contexto de leve mejora económica: en agosto, la actividad del país creció un 2% interanual, según datos del CICEc, lo que sugiere que la demanda interna comienza a reaccionar tras un 2024 de fuerte contracción.
El informe de la Bolsa recuerda que el año pasado fue uno de los más difíciles para el consumo de carne en la última década, “como resultado de la recesión que golpeó al país hasta el primer trimestre y de la pérdida del poder adquisitivo derivada de las altas tasas de inflación”.
La recuperación no se limita al sector bovino. Entre enero y agosto de 2025, el consumo aparente de carne aviar alcanzó 1,4 millones de toneladas, un 2% más que en el mismo período del año anterior y 3% por encima del promedio de los últimos cinco años. De hecho, según la SAGyP, este volumen es el más alto registrado desde que se llevan estadísticas oficiales (2016), marcando un récord histórico para la producción y el consumo de pollo en el país.
La carne porcina también muestra una tendencia positiva. En los primeros ocho meses del año, el consumo aparente llegó a 573.000 toneladas, un 8,5% más que en 2024, consolidando al cerdo como la tercera fuente de proteína animal más elegida por los argentinos.
Sumando las tres carnes, la BCR proyecta que en 2025 el consumo per cápita alcance 49,6 kilos de carne bovina, 45,5 kilos de aviar y 17,7 kilos de porcina. En conjunto, el promedio total rondaría los 113 kilos por habitante, un 3% más que el año pasado, lo que devuelve al país a niveles similares a los registrados en la última década.
Pese a esta mejora, el huevo se consolidó como la opción proteica más elegida por los hogares argentinos durante los meses de mayor dificultad económica. En 2025, el consumo alcanzó un récord histórico de 380 unidades por persona, de acuerdo con la Cámara Argentina de Productores e Industrializadores Avícolas (CAPIA).
El 30% de los hogares incrementó su consumo en el último año —el doble que en 2023—, con un promedio de entre 6 y 12 unidades semanales. “A pesar de la competencia de otras proteínas como lentejas o pollo, el huevo es la primera alternativa frente a la carne por su accesibilidad económica”, señala el Estudio de Consumo de Huevo en Argentina 2025 elaborado por CAPIA.
El repunte del consumo ocurre en un contexto de precios todavía elevados. Según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), el precio promedio de la carne bovina llegó en septiembre a $12.357 por kilo, con una suba mensual del 1,8%, un acumulado anual del 33,7% y un incremento interanual del 58,4%.
El pechito de cerdo promedió $7.394 por kilo, con aumentos del 3,1% mensual y del 37,7% interanual, mientras que el pollo, con un precio promedio de $3.808 por kilo, mostró una baja mensual del 0,7%, aunque acumula un 23% de incremento en el año.
Estos datos confirman que, aunque la carne vacuna sigue siendo la más costosa y volátil del mercado, el pollo continúa siendo la opción más estable dentro del universo de proteínas animales.
El repunte del consumo cárnico refleja una incipiente mejora del poder de compra, pero también un cambio en los hábitos alimentarios de los argentinos, que buscan equilibrar la dieta entre precio, calidad y disponibilidad. Si la tendencia económica positiva se mantiene, el sector podría cerrar 2025 con un nivel de consumo total similar al promedio histórico, marcando el fin de un ciclo de retracción que comenzó en 2024.
En palabras del informe de la BCR, “la recuperación en los tres tipos de proteína animal refleja no solo una mejora en la economía doméstica, sino también la capacidad de adaptación del consumidor argentino, que continúa priorizando la carne como pilar fundamental de su dieta”.