Una iniciativa busca fortalecer la apicultura regional y ofrecer soluciones concretas a los desafíos del sector. En las regiones del norte de La Pampa y el centro de San Luis, el acceso a material genético vivo adaptado al entorno representa un desafío clave para los apicultores.
El sector apícola en San Luis atraviesa un proceso de fortalecimiento y adaptación tecnológica, según destacó Sergio Scazzariello, técnico del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) San Luis. En el marco de un proyecto local, estructurado dentro de los programas nacionales y regionales de la entidad, se trabaja en la innovación y adaptación de las prácticas para mejorar la producción y calidad de la miel.
En diálogo con Todo Un País, el profesional subrayó que esta actividad es altamente dinámica y en constante innovación, aunque muchas veces sus avances pasan desapercibidos: “Actualmente, el precio del kilo de miel ha sufrido una caída significativa, ubicándose aproximadamente en el valor de un litro de gasoil, cuando históricamente se consideraba que el valor del producto equivalía a dos litros de ese combustible”.
Además, la variabilidad climática, especialmente en la región del departamento Pedernera, afectó recientemente la floración de especies clave como el algarrobo, el caldén y el chañar, lo que repercute directamente en la producción.
Hacia una miel con denominación de origen
Uno de los objetivos del proyecto es establecer un sello de calidad basado en la denominación de origen de lo producido en la región. La miel obtenida de esas especies nativas se caracteriza por su coloración clara y pureza, lo que la hace altamente valorada en otros mercados.
Para fortalecer el sector, el INTA trabaja en conjunto con la Cooperativa Apícola Río Quinto de Villa Mercedes, una de las más grandes de la provincia y que desempeña un papel fundamental en la organización y capacitación de los productores locales. La cooperativa no solo provee servicios como salas de extracción, sino que también fomenta la investigación y aplicación de tecnologías innovadoras.
La cooperativa funciona desde 2009, se integra con 16 productores y nuclea unas 7.500 colmenas, con una producción promedio de 35 kilos por colmena, aunque este año, además de atravesar una coyuntura internacional de bajos precios, la cosecha estará en el orden de los 15 kilos por colmena por el clima adverso, constituyéndose en el peor año desde que está en actividad.


Uno de los ejes centrales del proyecto es la mejora de la mansedumbre de las colmenas mediante la incorporación de abejas reinas seleccionadas de otras regiones, como Mendoza y Buenos Aires. Esta práctica busca facilitar la convivencia en áreas periurbanas y optimizar la producción.
“A nivel sanitario, se está trabajando en la prevención de enfermedades como la varroa, un ácaro que afecta la salud de las colmenas y disminuye la producción de miel”, indicó el profesional y recordó que el gobierno provincial ha propuesto un plan sanitario que incluye asistencia para los productores según la cantidad de colmenas registradas, además de la adquisición de ácido oxálico para el control de la plaga.
Scazzariello destacó que el sector apícola en la provincia se caracteriza por su constante capacitación y desarrollo. Desde el INTA y la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) se impulsaron diversas actividades formativas, como la reciente capacitación sobre reinas realizada en Alvear, Mendoza. Además, el Programa Nacional de Apicultura (PROAPI) brinda apoyo a los productores para mejorar su competitividad y adaptabilidad a los cambios del mercado.
Los resultados preliminares de las dos primeras temporadas son alentadores. “Se observó un buen desempeño en desarrollo y producción en todos los materiales evaluados, destacándose colonias con menor incidencia de varroa”, señaló Guillermo Felice, del INTA General Pico, La Pampa.
En base a estos datos, el proyecto prevé avanzar hacia la reproducción de colonias destacadas y su cruce con zánganos locales para consolidar una genética adaptada y de alta calidad.
“El crecimiento del sector también está vinculado a la creciente participación de la familia en la actividad apícola, donde no solo se comercializa miel, sino también otros derivados como propóleo, polen, jalea real y cera, generando nuevas oportunidades de negocio”, valoró.
A pesar de los desafíos económicos y climáticos, el sector en la provincia sigue evolucionando con tecnología, innovación y un fuerte compromiso de productores e instituciones. La implementación de estrategias de mejoramiento genético, sanidad y capacitación permitirán fortalecer la producción local y consolidar a San Luis como referente en la apicultura argentina.
Todo Un País.











