Inicio Agricultura ¿Bajará la superficie con maíz en San Luis después de la “chicharrita”?

¿Bajará la superficie con maíz en San Luis después de la “chicharrita”?

El “achaparramiento” del maíz, transmitido por la “chicharrita” tuvo incidencia en la región semiárida central en la campaña 2023/24 desde febrero, aproximadamente, describió el Ing. Agr. M.Sc. Jorge Mercau, del Programa Ecofisiología y Agroecosistemas de la Estación Experimental del INTA San Luis.

El profesional hizo una evaluación de lo ocurrido durante la jornada agrícola que la entidad realizó recientemente y detalló que el ataque generó síntomas y daño en los lotes, en un contexto regional donde fue prevalente el estrés hídrico (en secano) y térmico (fin de enero-inicio de febrero) que redujo crecimiento, número y peso de granos en el cultivo.

Además, todavía en mayo se detecta Dalbulus en maíz guacho, que empieza a helarse hacia el sur, pero no todavía al norte de la provincia de San Luis.


“La pregunta central para la región, donde hoy se siembran casi dos hectáreas de maíz por cada una de soja en las secuencias agrícolas más utilizadas, es si bajará el maíz en la parte del semiárido central con clima Pampeano Frio (sur y este de San Luis, sudoeste Córdoba y noroeste La Pampa)”, señaló.

Consideró que, si bajase de 2 de maíz y 1 de Soja, hasta una relación 1 a 1, tanto soja, como girasol y sorgo podrían crecer en área, porque serían viables económicamente, según plantearon varios profesionales y productores de la región: “Sin embargo, respecto de la expectativa normal de maíz en la región, hay consenso que implicará resignar margen bruto económico”.

En cambio, dijo, si bajase de una relación 1 a 1, implicará un aumento del riesgo de erosión eólica en la campaña 2025/26.

“La generación continua de cobertura en la secuencia maíz-soja es clave para minimizar este riesgo en la región semiárida. En ese escenario, las alternativas planteadas son sembrar sorgo, en algunos lotes críticos en la campaña 2024/25, y/o planificar cultivos de cobertura en la 2025/26, en lotes donde haga falta detrás de parte de lo que se sembró con soja o girasol”, advirtió el profesional.

Para Mercau, en zonas con napa el doble cultivo de cosecha es una alternativa en la región, en un diseño particular, aceptando perder el cultivo de invierno en uno cada dos años.

Durante la jornada del INTA se intercambiaron ideas sobre otros dos cultivos de verano: “El maní en la región es una alternativa razonable para los que riegan con pivote, dado que el cultivo ofrece un muy buen margen. En secano el riesgo de erosión eólica es muy alto, dado que la implantación de cobertura al arrancado en la región depende mucho de las lluvias, improbables, y la coordinación arrancado-cosecha”.

El algodón, con materiales cortos a principio noviembre, es una opción en desarrollo incipiente teniendo agua, como en ambientes con napa cerca salada tipo base del Morro.

“Habiendo agua en perfil, infrecuente hoy por las escasas lluvias otoñales, o con riego, el maíz temprano (10-25 de octubre) en el pampeano frio es una alternativa. Muy posiblemente la oferta de maíz será menor a la demanda local, lo que hace atractiva su siembra. Que la campaña sea niña, lo que es todavía muy incierto, no tiene importancia para esta decisión en nuestra zona. En cambio, es interesante que, con buena agua inicial, la variabilidad de su rendimiento tiene baja relación con el maíz tardío, constituyendo una buena opción para diversificar el riesgo en el cereal”, evaluó Mercau.

El monitoreo de “chicharrita” en el norte de la provincia será clave para definir cuanto maíz tardío se siembra en pampeano frio de la provincia de San Luis, alertó: “El conocimiento en noviembre de si hay chicharrita infectada en el norte provincial y zona de Villa Dolores, Córdoba, será un claro modificador del riesgo de tener infecciones en el sur en maíz tardío (20 noviembre a 5 de diciembre en la zona)”.

El técnico del INTA San Luis lamentó que haya alta probabilidad que a nivel nacional baje la superficie cultivada con maíz y en ese sentido estimó que hay expectativa por una reducción sustancial del costo de los híbridos de maíz, que permitiría reducir el riesgo económico de hacer el cultivo, “defendiendo un poco la caída en área”.