El abigeato volvió a golpear a los productores ganaderos de la provincia. En las últimas horas, un nuevo hecho de cuatrerismo se registró en un campo cercano a Justo Daract, donde delincuentes carnearon una vaca recién parida, dejando solo las vísceras y una profunda sensación de impotencia entre los productores de la zona.
El damnificado fue Sandro Blangero, productor rural y presidente de la Asociación Agrícola Ganadera de Justo Daract, quien compartió con El Semiárido las crudas imágenes del animal mutilado. “Es muy triste. Hoy a la mañana encontré las vísceras, la vaca estaba recién parida”, relató con evidente indignación lo ocurrido en su campo ubicado sobre la ruta 14 al note de esa ciudad.
Según relató Blangero, el hecho habría ocurrido durante la noche anterior, en un predio ubicado en el departamento Pedernera, una zona que en los últimos meses se ha convertido en blanco frecuente de este tipo de delitos. “El abigeato no da respiro. Cada vez es más seguido, y cada vez se animan más”, lamentó el dirigente rural.
Antes de ayer al productor Víctor Busso le volvieron a carnear. Los productores aseguran que estos ataques no son hechos aislados, sino parte de un problema estructural que se agrava por la falta de controles efectivos y la escasa presencia policial en las zonas rurales. Los cuatreros, explican, operan con una logística importante, que incluye el uso de vehículos de carga y herramientas para faenar los animales en el mismo campo, sin apuro y con conocimiento del terreno.
“El daño económico es enorme, pero el daño moral y la impotencia que sentimos es todavía mayor”, expresó Blangero. La vaca carneada acababa de parir, lo que significa no solo la pérdida del animal, sino también la de su cría, que queda desamparada.
Los productores de la región vuelven a reclamar mayor vigilancia, patrullajes rurales y una respuesta judicial más firme, ya que los casos se repiten con una frecuencia alarmante. En Justo Daract, Villa Mercedes y zonas aledañas se registraron varios episodios similares en las últimas semanas, todos con el mismo modus operandi: rotura de alambrados, faena nocturna y traslado de la carne en vehículos que se mueven con total impunidad.
“Uno trabaja todo el año para criar sus animales, y en una noche te lo destruyen todo”, expresó otro productor de la zona, que prefirió mantener el anonimato por temor a represalias.
Mientras tanto, la Asociación Agrícola Ganadera evalúa nuevas medidas de prevención, como la instalación de cámaras en accesos rurales y la coordinación entre productores para alertarse ante movimientos sospechosos. Sin embargo, insisten en que sin apoyo estatal sostenido, la situación es insostenible.
El caso de Blangero es un nuevo capítulo en una problemática que pone en jaque la seguridad rural y golpea directamente a los pequeños y medianos ganaderos del sur puntano, quienes día a día ven amenazada no solo su producción, sino también su forma de vida.
