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Tragedia en la Expo Rural San Luis: cuatro vaquillonas de elite mueren y el silencio de la organización indigna al productor

Los rumores comenzaron a circular en los pasillos del predio ferial como un reguero de pólvora. Nadie quería creerlo. Pero la noticia fue confirmada por el propio damnificado: las cuatro vaquillonas Angus que murieron durante la Expo Rural San Luis pertenecían a Fernando González, propietario de la reconocida cabaña El Guadal, ubicada en Nueva Escocia, al sur de Villa Mercedes.

En diálogo con El Semiárido, el experimentado ganadero no ocultó su indignación. “Estoy profundamente dolido. No solo por la pérdida económica, que ronda los ocho millones de pesos, sino por el destrato. Nadie de la entidad me habló, nadie se hizo responsable. Fue un silencio total”, expresó con amargura.

Las muertes, según reveló González, habrían sido provocadas por una maleza tóxica presente en los rollos de alfalfa que la organización utilizó para alimentar a los animales durante la exposición. Un detalle que, de confirmarse, representaría una grave negligencia. “No se trataba de animales comunes, sino de ejemplares seleccionados, parte de un trabajo de años, con genética de alto valor. Verlos morir así fue devastador”, agregó.


El criador, que además integra la Comisión Directiva de la Sociedad Rural Río Quinto, explicó que era la primera vez que decidía participar en la exposición de la capital puntana. Lo hizo con entusiasmo, con el orgullo de representar a su cabaña y al interior productivo de San Luis. Pero la experiencia, asegura, terminó convertida en una pesadilla.

“No regreso más. Fue una desilusión total. Cuando uno lleva sus animales a una muestra confía en la organización, en las condiciones sanitarias y en la responsabilidad institucional. Acá no hubo nada de eso. Ni siquiera contaban con un seguro para estos casos, algo que en Villa Mercedes es norma básica”, sentenció González.

El dolor del productor no se limita al plano económico. En el ámbito ganadero, la pérdida de animales de genética superior es también un golpe moral y simbólico: detrás de cada ejemplar hay años de selección, inversión y trabajo. “Cada una de esas vaquillonas representaba un esfuerzo enorme. Lo que pasó no puede borrarse ni repararse con dinero”, remarcó.

Mientras tanto, en el predio de la Expo, las versiones y el malestar entre los expositores crecen. Muchos aseguran que el episodio deja al descubierto fallas estructurales en la organización del evento, que debería garantizar condiciones sanitarias y alimenticias adecuadas para los animales.

En el silencio de los corrales vacíos, la ausencia de las cuatro Angus de El Guadal se siente como una sombra pesada. Una tragedia que no solo expone la vulnerabilidad de los animales, sino también la falta de responsabilidad institucional en uno de los eventos más emblemáticos del agro puntano.

“Perdí mis animales, pero lo que más duele es la indiferencia”, resumió González antes de despedirse, con la voz cargada de bronca y tristeza.

La Expo Rural San Luis, que debía ser una celebración del trabajo ganadero, quedó marcada por una historia de dolor, negligencia y silencio.