Con tres aviones específicos, la empresa Trombetta Aviación Agrícola expande sus servicios de fumigación y siembra desde su base en Realizó La Pampa. La demanda por esta tecnología crece velozmente y ya entró en el sur de San Luis con fuerza la siembra sobre monte.
Mauro Trombetta es piloto y titular de la firma, cuyos servicios cubre toda la Pampa, sur de Córdoba, oeste de Buenos Aires y sur de San Luis.
“La historia de la empresa comienza en el 2003, cuando me recibo de piloto privado en Córdoba y en diciembre de ese mismo año decido volver a Realicó, que es donde vivo actualmente, y donde empezamos a evaluar la posibilidad de instalar una empresa de pulverización aérea, con el objetivo siempre de ser una empresa modelo”, recordó en diálogo con El Semiárido.
Ese mismo año se asoció con Guillermo y Pedro Lange, que son actualmente titulares de Lange, concesionario John Deere muy grande en todo el país: “Comenzamos con una empresa que se llamó Agro Aires Lange, donde estuve tres años como socio y desarrollaba las tareas de apoyo en tierra, que básicamente es cargar el avión con el preparado de los productos y la carga del avión con combustible y lo mismo de reabastecimiento en tierra”.
En 2008 armó su empresa bajo el nombre de Trombeta Aviación Agrícola, con la que trabaja actualmente. Cuenta con tres aviones específicos con tres pilotos y con base en el Aeródromo municipal de Realicó.
Además, cuentan con el servicio de pulverización terrestre y venta de aditivos de pulverización de Grupo OMICS (www.grupoomics.com), del cual es socio también y que es una fábrica nacional de aditivos de pulverización y fertilizantes foliares. A su vez, está incursionando en los productos biológicos.
Los servicios que ofrecen con los aviones son de pulverización aérea de herbicidas, insecticidas, fungicidas, fertilizantes y también dispersión de sólidos, tanto fertilizantes como siembra aérea sobre otros cultivos o sobre montes o médanos.
“Generalmente lo que más hacemos acá en esta zona es centeno sobre maíz o avena sobre maíz. Y también se utiliza mucho en San Luis la siembra de pastura sobre montes”, reveló.
En la zona que trabaja abarca toda la Pampa, sur de Córdoba, oeste de Buenos Realicó.
Los aviones que utilizan son específicos para la actividad. Es decir que ya vienen diseñados y pensados de fábrica para realizar tareas de pulverización y siembra: “Y en nuestro caso, tenemos dos aviones norteamericanos que fueron fabricados en Estados Unidos. Uno marca Cessna y otro Piper. Tenemos uno de fabricación nacional que está fabricado por la Aviasa, cuyo modelo es Puelche 260. La última noticia es que estamos incorporando un Ayres Thrush que es también de fabricación norteamericana, para lo cual iniciaremos en estos días los trámites de importación».
En cuanto al mantenimiento propio de la aeronave, se la realiza un taller habilitado por Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), donde cada año se realiza una revisión completa y se lleva a cabo un control de acuerdo a las horas que tiene la aeronave, más distintos ensayos no destructivos, como así también mantenimiento preventivo con el cambio de piezas por horas de uso.
Después hay mantenimientos menores, como cambios de aceite y filtro de motor, cada 50 y cada 100 horas, respectivamente. “Eso siempre se hace por taller habilitado y se deja registrado en un libro de mantenimiento que tiene cada avión”, aclaró el empresario y piloto.
Los trabajos de mantenimiento periódico también incluyen a los equipos de pulverización, que constan de picos o atomizadores rotativos, antigoteos, mangueras, barras, caudalímetros, llaves de tres pasos, bombas, entre otros accesorios. “A esta tarea también le damos un cuidado minucioso porque es lo que determina la calidad de la aplicación”, reveló.
Por otra parte, está la delicada tarea de calibración de equipos, que se realiza todos los años antes de comenzar la campaña. “Lo que buscamos en cada calibración es llegar con los impactos al objetivo deseado, con la cantidad de impactos adecuados requeridos por cada tratamiento”, destacó.
La compleja organización de la empresa contempla además la evaluación de aditivos de pulverización: “Al tener las fábricas, estamos desarrollando siempre nuevas tecnologías de químicas, por así llamarlo, que ayudan a la disminución de la evaporación de la gota, que obviamente da como consecuencia una mayor calidad de aplicación”.
Otra cosa de las que se revisa es la calibración de los caudalímetros, los tamaños de gotas generados, el desgaste de cada boquilla y el sistema en sí, que no haya pérdidas de producto.
En cuanto a las medidas de seguridad, Mauro las divide en dos. Una que es el vuelo en sí, para lo cual realizan cursos en forma continua para disminuir todos los riesgos posibles, más el descanso y el bienestar del personal,
La segunda medida es sobre la seguridad personal, para lo cual se usan todos los equipos de protección para la manipulación de los productos con los que trabajan siempre.
“La actividad aeronáutica aún puede incorporar mucha tecnología. El 2023 y el 2024 serán dos años de quiebre para la humanidad, con nuevas tecnologías que funcionan con inteligencia artificial y que ya se están usando en el campo, y nosotros como proveedores de servicios tenemos que saber cómo incorporar estas nuevas tecnologías y adaptarlas al servicio que prestamos”, concluyó.