Por Eduardo Gargiulo
Los representantes de Edesal no lo podían creer. Si bien habían especulado con que la fecha estipulada para la audiencia conspiraría contra una masiva presencia, nunca imaginaron que se encontrarían conectados apenas media docena de usuarios, incluidos un representante del gobierno, la secretaria de actas y otro de la propia empresa de energía.
Sucedió el pasado viernes 21, cuando a partir de las 10 de la mañana comenzó a sesionar la Audiencia Pública convocada por la Comisión Reguladora Provincial de la Energía Eléctrica en San Luis, para analizar el pedido de aumento realizado por la empresa, que ronda el 33% para consumos residenciales y hasta un 37% para consumos comerciales.
Oscar Santos Delfín fue designado por la Comisión Reguladora Provincial de Energía como presidente de la Audiencia, en tanto que como Secretaria de Actas se desempeñó la Dra. María Laura Giboin. Los otros participantes fueron Claudio Bulacio, de la Asociación de Distribuidores de Energía Eléctrica de la República Argentina (ADEERA); Félix Picco, del Sindicato de luz y Fuerza de Mercedes Buenos Aires; y Carlos Cortizo, de la Asociación de Profesionales del Agua y la Energía Eléctrica (APUAYE).
Casualmente todos, incluido el representante gremial, estuvieron de acuerdo en la necesidad de ajustar las tarifas. En apenas 40 minutos se desarrolló la audiencia, que dio luz verde para un aumento que impactará en toda la economía provincial, sin ningún tipo de oposición o reserva. Nadie preguntó sobre las inversiones que tiene prevista realizar la empresa o algún tipo de cuestionamiento hacia el servicio, cuando por ejemplo acontecen cortes de luz. O realización de nuevas obras con cableado subterráneo para nuevas extensiones del servicio… Algo.
Uno de los gerentes de Edesal, Walther Ortega, presentó el análisis de los índices y fórmulas correspondientes y fundamentó “la necesidad de aplicar un incremento en la tarifa”, que dependiendo la categoría tarifaria se ubicaría «entre un 33 y 36%» y hasta «un 37% en los consumos mayores».
De modo que los consumos residenciales van a estar, si se aplican estos valores, «en un 33% para los consumos más bajos, que son prácticamente el 80% de los usuarios de la distribuidora; y en orden creciente para el resto de los usuarios en la medida que más van consumiendo, con un tope del 36%. Mientras que para los suministros comerciales, será de 36 o 37% para los consumos más altos”, señaló. Para el caso del alumbrado público rondará el 30%.
Nadie dice que no sea necesario ajustar las tarifas eléctricas o que el aumento sea excesivo, lo que sí deberían haberse discutido son otros parámetros a la hora de evaluar el aumento, no solo el costo inflacionario. Por ejemplo, la cuestión del margen de rentabilidad, que no se sabe. Y que está en directa relación no sólo con los costos, sino también –por ejemplo- con las inversiones.
De todos modos, ya es tarde. Inútil llorar sobre la leche derramada.
Lo más sugestivo fue la ausencia de representantes políticos de la oposición y de organismos defensores de usuarios y consumidores, que son quienes a menudo hacen este tipo de planteos a través de los medios de comunicación, ganando buen espacio de figuración ante la sociedad. Esto alcanza a todos los partidos, sin excepción. Incluso alguno que últimamente ha batido el parche de las energías alternativas, como opción para bajar los costos y cuidar el medio ambiente.
En un pasado no tan lejano, este mecanismo de democracia semidirecta que son las Audiencias Públicas, solían ser un escenario donde los protagonistas se sacaban chispas, intercambiando argumentos de peso, mezclados con chicanas, en sesiones que duraban varias horas. Para el gobierno no era fácil, como árbitro, acceder tan directamente al petitorio de las empresas, porque en el medio había una auténtica representación del interés ciudadano (llámese control social). Tras lo ocurrido, la concesión de la solicitud de aumento no será más que un trámite meramente administrativo. Sencillamente porque nadie se opuso o planteó otra alternativa.
Podrá decirse que todos estaban de vacaciones y que el establecimiento de la fecha fue una picardía de la Comisión Reguladora y de Edesal, que siempre actúan en consuno (de acuerdo). Verdad a medias. La Audiencia fue virtual, por lo que incluso de short y ojotas quienes se dicen representantes del interés ciudadano podrían haberse anotado y aportar sus conocimientos a la discusión.
Tal vez porque en años pares no hay elecciones, participar y discutir no garpa tanto en términos electorales.
Parafraseando un viejo adagio, tras lo visto el viernes 21, puede decirse que “una audiencia por Youtube, vale más que mil palabras”.