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Sigue el malestar en el campo

Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).

Tras el paro del campo, el malestar en el sector agropecuario continúa. Si bien el Gobierno decidió levantar las restricciones a las exportaciones de maíz y como contrapartida la Mesa de Enlace dio por concluida la medida de fuerza, el «ninguneo» y la amenaza de Agricultura de un posible desacople de precios para el sector es una nueva afrenta, para los ruralistas.

Ayer por la tarde, el ministro Luis Basterra se volvió a reunir de manera virtual con representantes de la mesa intersectorial del maíz, conformada en el marco del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), donde nuevamente no fueron convocados los tres integrantes de la Mesa de Enlace que realizaron el paro.

En este sentido, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) remarcó que «el Gobierno nunca, en estos días, recibió a CRA y canalizó toda la gestión con el CAA, entidad mayoritariamente compuesta por el sector comercial de granos y en algunos casos con supuestos beneficiarios del cierre de exportación de maíz».

«Hubiese sido más simple y nos hubiésemos ahorrado la zozobra, el enfrentamiento, el cese de comercialización y la pésima imagen internacional, si nos hubiésemos convocado y hubiésemos participado con información confiable y seria, sobre el mercado del maíz y la cobertura de existencia para el mercado local», indicaron.

Por otra parte, CRA instó al CAA a que «no se adjudique representaciones de las que carece y no convalide en nombre de la producción primaria, cupos, permisos, cuotas o cualquier otro artilugio que genere distorsión en los mercados que deben operar por la oferta y la demanda».

Finalmente, volvieron a decir que el sector está dispuesto a dialogar, «pero para ello se necesita que nos quieran escuchar»: «Un viejo dicho campero dice que hablando se entiende la gente, claro, que para eso pase se necesitan dos, que estén dispuestos a escucharse mutuamente».

Por su parte, luego de la medida de fuerza, los productores autoconvocados remarcaron: «¡Todos perdimos! Perdimos los productores, perdió el Estado, perdimos los argentinos y perdió nuestro país». Indicaron que en esos tres días que duró la medida «no se produjo, no se comercializó, ni transportó, ni se cobró impuestos, ni se ingresaron divisas».

Pero opinaron que los que más perdieron fueron ellos, los productores, porque se sintieron engañados «por muchas cooperativas en las que confiábamos, que priorizando sus intereses comerciales han estafado los intereses de sus productores asociados, en incluso con la complicidad, necesaria, de algunos de nuestros colegas, los que conforman sus consejos directivos».

Por último, apuntaron contra Coninagro donde sugirieron: «tendría que dejar de ocupar nuestro lugar». Y añadieron:»Bajo estas condiciones toda producción agropecuaria está en jaque, la sangría anual de 5000 productores se incrementará y la única razón para no oponerse a este destino es la falta de compromiso, para con sí mismos y la falta de empatía, para con nuestros colegas, de los cómodos, de los tibios, de los carneros y de los indiferentes», concluyeron.

Fuente: La Nación.