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Sanidad animal: investigan si la exposición a Bisfenol A afecta la fertilidad de la hembra

El trabajo tuvo como objetivo estudiar el efecto de la exposición a BPA, un contaminante ambiental, sobre el desarrollo y la función del ovario así como sus posibles consecuencias sobre la fertilidad femenina y la presentación de enfermedades reproductivas.

Un equipo de la Facultad de Ciencias Agrarias fue distinguido por la revista de investigación científica inglesa Reproduction por su trabajo: “La exposición neonatal a xenoestrógenos altera la respuesta ovárica al tratamiento con gonadotrofinas en la cordera”, que se transformó en uno de los más citados en 2016.

El aporte científico se realizó en el marco del convenio de cooperación entre integrantes del Instituto de Investigación sobre Producción Agropecuaria, Ambiente y Salud (IIPAAS), dependiente de la Facultad de Agrarias de la UNLZ, dirigidos por Oscar Rivera, y del Instituto de Salud y Ambiente del Litoral (ISAL) dirigidos por Enrique Luque. Contó con el apoyo del programa de incentivos de la UNLZ, Lomas CyT, además de subsidios de la Universidad Nacional del Litoral, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT) y el CONICET.

El trabajo de investigación tuvo como objetivo estudiar el efecto de la exposición al Bisfenol A (BPA), un contaminante ambiental, sobre el desarrollo y la función del ovario. Se trata de uno de los químicos de mayor producción en el mundo. Se lo utiliza para fabricar policarbonatos, pinturas epoxi, sellantes dentales, resinas, envases plásticos y equipamiento médico, entre otros.

“El BPA es uno de los compuestos más estudiados y se lo clasifica como ‘disruptor endócrino’ porque su acción hormonal interfiere con el normal funcionamiento del sistema endócrino”, explicó Rivera, uno de los directores del equipo. Y agregó: “Muchos de los disruptores o perturbadores endócrinos poseen una acción similar a los estrógenos y provienen de diferentes orígenes: derivados de plásticos, pesticidas, herbicidas, detergentes, productos farmacéuticos e industriales. Se encuentran en el ambiente en bajas concentraciones y en productos de uso cotidiano, contaminan cursos de agua, suelo, animales y también a los humanos”.

El interés de los investigadores está puesto en los efectos que estos compuestos químicos tendrían en patologías reproductivas relacionadas con la fertilidad y tumores ginecológicos. “Nuestra hipótesis de trabajo supone que la exposición temprana a estos químicos, en dosis detectadas en el ambiente y a las que estamos expuestos, altera el normal desarrollo del ovario produciendo una “reprogramación del órgano” aumentando así la posibilidad de desarrollar enfermedades reproductivas”, indicó el especialista.

Para comprobarlo, desarrollaron un modelo animal de exposición postnatal que permite estudiar los efectos adversos in vivo. Utilizaron como modelo experimental a la oveja “porque anatómica y fisiológicamente el desarrollo del ovario tiene similitudes con el de la mujer”, sostuvo el investigador.

Con ese propósito, se expuso diariamente a un grupo de corderas, desde su nacimiento y durante dos semanas, a dosis de BPA establecidas como “segura” por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos; a otro grupo de corderas se lo expuso a una dosis cien veces inferior a la segura. Más adelante y luego de haber interrumpido la exposición, se realizó un tratamiento hormonal con gonadotrofinas para evaluar cómo respondían los ovarios de los grupos tratados con BPA en comparación con los controles.

Las gonadotrofinas son hormonas producidas por la hipófisis -una glándula que se encuentra en la base del cráneo-, que en la hembra adulta actúan controlando la función cíclica de los ovarios. “En nuestro diseño experimental utilizamos un tratamiento con una de esas hormonas -Hormona Folículo Estimulante o FSH- como estrategia para estimular los ovarios de corderas prepúberes al sólo efecto de observar cómo respondían a esta exigencia y comparar los grupos”, aseguró.

El equipo estudió las concentraciones hormonales, la expresión de receptores hormonales y factores relacionados con el desarrollo de los folículos ováricos y concluyó que las corderas que habían sido previamente expuestas a BPA presentaron alterada su función ovárica. “Estos resultados aportan nueva evidencia científica acerca de que la exposición a disruptores o perturbadores endócrinos, como el Bisfenol A, en períodos críticos del desarrollo -gestación ó postnatal temprana- podrían generar alteraciones que se mantienen en la vida adulta. Además, a partir de los resultados, se sugiere revisar las dosis consideradas como seguras para BPA por los organismos de control”, concluyó.

Además de Rivera, el grupo está integrado por Jorgelina Varayoud, Horacio Rodríguez, Clarisa Santamaría, Verónica Bosquiazzo, Mario Osti, Norberto Belmonte, Mónica Muñoz de Toro y Enrique Luque.

Foto: Argentina Investiga