La complicación de las lluvias otoñales y de primavera se convirtieron en una difícil situación que arrincona a los campos de Unión, La Maroma, Navia y Nahuel Mapá, donde la vaca de cría y la próxima zafra de terneros se encuentra muy comprometida, según coincidentes diagnósticos recogidos por El Semiárido.
“Se están complicando las lluvias en el suroeste del departamento Dupuy, donde desde febrero a la fecha ha llovido muy por debajo de lo normal; en el ciclo productivo de julio a la fecha, no llega los 30 mm”, advirtió el Ing. Agr. Carlos Magallanes, jefe de Agencia AER INTA Unión.
La productora Elena Landaburu tiene su campo 45 kilómetros al sur de Unión y le detalló a este medio que la zona donde la sequía golpea más fuerte en el departamento Dupuy abarca desde la ruta nacional 188 hasta el límite con La Pampa y desde el río Salado (límite con Mendoza) hasta la ruta provincial 3.
“Esta situación repercute en el estado corporal de la hacienda, en especial las vacas que se encuentran pariendo, como tampoco se pueden programar futuras preñeces”, se lamentó Landaburu, para quien el horizonte climático no se presenta alentador, ya que los pronósticos hablan de lluvias por debajo de los normal.
No solo el clima golpea la rentabilidad del ganadero. La dramática falta de lluvias forma parte de un combo que conspiran fuerte contra la actividad. La productora también describió que deben soportar altos costos en los insumos ganaderos, frente a una recomposición del precio de la hacienda que viene muy atrás.
“No menos problemático es el pésimo estado de los caminos transversales del departamento que unen las rutas asfaltadas; es imposible ingresar con camiones para llevar insumos y sacar los animales, sumado a los fuertes vientos que de un día para otro cambian el relieve de esas huellas”, se quejó Landaburu.
La productora de Unión recalcó que llevar insumos y sacar terneros de los campos de la zona es muy costoso, ya que por el estado de los caminos lo deben hacer por partes, con lo que un flete de $15, termina costando $35 a $40 mil: “Así no hay rentabilidad que aguante; es un momento muy difícil porque también la producción es la que mantiene a la familia de la zona y la que da empleo”, comentó.