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San Luis: el buffel le puso el pecho a la sequía en Estancia «La Monina».

La sequía hizo estragos en algunos campos ganaderos del noroeste de San Luis, pero no en “La Monina”, donde un adecuado manejo de lotes implantados con buffel Grass permitieron minimizar los ajustes drásticos exigidos cuando no se está preparado para enfrentar situaciones extremas como las que se vivieron durante la primavera y el verano pasados.

Las lluvias llegaron tarde para las pasturas naturales, pero lo suficiente para que el buffel mostrara su plasticidad y rápida recuperación.

De conversación agradable, pausada y precisa, el respetado productor y médico veterinario Juan Carlo Boriosi explicó a El Semiárido cómo llevó adelante por más de una década un manejo constante, pero en evolución permanente, que le dio muy buenos resultados. En 2019 fue su campo fue elegido por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) para realizar una exitosa y concurrida jornada a campo sobra ganadería en el oeste de San Luis.

La Estancia “La Monina” está ubicada en el departamento Ayacucho, a unos 30 kilómetros al oeste de la localidad de Luján. Está en la zona del Chaco Árido y tiene una extensión de 3.600 hectáreas, de las cuales 900 están implantadas con buffel Grass.

El sistema que allí se utiliza es buffel-pastizal natural: las vacas normalmente en verano están en los potreros de buffel y en invierno en los de pastizal natural.

“Este año fue particularmente seco, con un verano de pocas precipitaciones. Las lluvias en la zona registradas en los últimos diez años arrojaban un promedio de 450 a 500 milímetros, y en este año fueron de solo 350 milímetros, con la característica que se empezaron a producir a partir de enero y dejaron un bache muy importante en la temporada de primavera”, describió el productor.

El porcentaje de preñez, que en los últimos años se había mantenido arriba del 90%, pero este año arrojó 85%. Para lograr esta última marca, hubo que hacer destete precoz en gran parte del rodeo.

En “La Monina” se hace cría y recría, pero este año la recría que “haremos es solamente de hembras. El macho ya se vendió todo y quedó un 80% de las hembras, que una parte se irá a reposición y el resto será vendida a fin de año”.

Buffel

Los potreros de buffel estaban a principio de enero en muy mal estado, pero a raíz de que comenzaron las lluvias, en especial una muy importante registrada en los primeros días de marzo de 70 mm, produjo un reverdecer total del cultivo.

Allí el buffel demostró sus características y plasticidad para este tipo de circunstancias, como es una sequía, destacó Boriosi: “Tenemos una experiencia de 15 años con el buffel en ‘La Monina’ y el resultado ha sido altamente satisfactorio, incluso hoy los potreros que se usan para recría, actualmente ocupados por la recría de hembras, están en muy buen estado; por supuesto que a esta altura están todas en diferido, con el buffel amarillo, pero continúa muy palatable y muy requerido por la hacienda”.

El buffel tiene algunas características importantes, agregó el ganadero al resaltar otras virtudes de esta pastura, porque con pocas lluvias detiene su crecimiento, pero apenas recibe un milimetraje adecuado, empieza un crecimiento rápido y vigoroso, incluso semilla hasta tres veces en un período.

También se destaca porque, aunque largue la espiga, no se entrega como el pasto natural, sino que sigue produciendo hojas. Y a pesar de recibir un pastoreo agresivo, el buffel siempre reacciona.

Sales proteicas

Normalmente se utilizan las sales proteicas en “La Monina”. “En temporada estival se usa una que llamamos sal de verano, que es solamente cloruro de sodio con un núcleo vitamínico mineral. En esta sequía no se cambió ese componente, sino que se hizo un destete precoz utilizando rollo y un alimento balanceado especial”, indicó.

En esta época empieza la suplementación con sales proteicas, ya que el pastizal está en diferido: “No utilizamos una sal proteica de marca, sino que hacemos una elaboración, que incluso dentro del grupo GAMO al que pertenezco, se lo ha tomado como una marca registrada”, indicó Boriosi y detalló que se hace básicamente con urea, expeler de soja, maíz molido y un núcleo vitamínico mineral, balanceado con cloruro de sodio.

“Este balanceado me da muy buen resultado desde hace varios años. La fórmula original sobre la que hice algunas modificaciones en porcentajes y algún ingrediente, es una utilizada en Río Cuarto por el doctor Babera”, profesor de la Universidad Nacional de esa ciudad.

La sequía también obligó a realizar algunos ajustes: “También nos hemos achicado un poco. El rodeo que estaba alrededor de las 300 madres, ahora tendremos que dejar 250 o tal vez menos. Esto será transitorio, más que nada para preservar la pastura de buffel como el pastizal natural”.

En el pastizal natural los que se presentan en mayor cantidad son tricloris, cetárea, cola de zorro, entre otros de similar valor, que se consumen en diferido.

 Recomendaciones para el manejo del buffel

Con más de 15 años de experiencia en el manejo de esta pastura, Boriosi brindó algunas indicaciones importantes para aquellos productores que decidan utilizar pasturas de buffel.

Primero, planificar adónde se sembrará esta pastura. Hay que tener en cuenta que el potrero que se use para esto quedará clausurado durante el verano de siembra más el invierno siguiente. “Si está muy tierno, los animales lo comen hasta el fondo y la planta desaparece”, advirtió.

El potrero debe estar perfectamente cerrado para evitar que las vacas entren en pleno período de crecimiento, insistió y destacó que, en caso de contratar una empresa, se debe contemplar que sea seria, con experiencia en la implantación de buffel, ya que hay que tener en cuenta la profundidad de siembra, por ejemplo.

Esto se hace con una herramienta llamada rolo, con cajón o cilindro sembrador. El rolo debe penetrar en la tierra de una manera adecuada y para ello necesita un lastrado con agua, que se regula según la dureza del campo.

Se siembran entre 5 y7 kilos por hectárea. La semilla debe ser de buena calidad, con dos características principales, como el poder germinativo y la pureza; esto último permite que no se traben con impurezas a la salida del cajón sembrador.

Poder germinativo: “Lo que vemos normalmente en buffel lo que parece una semilla con pelitos, es la cobertura se la semilla que es muy pequeña. Cada inflorecencia tienen entre 1 y 4 semillas, pero algunas pueden ser vanas y por eso es importante, si no se conoce la procedencia, hacer un análisis”.

Uso del rolado

En los lotes que se rolan por primera vez, el buffel crece en ruedas o en manchones, según describió: “Es bastante difícil, salvo que sea una chacra abandonada, que se logre un crecimiento totalmente parejo. Después de algunos años pueden aparecer algunas especies de pastos naturales, pero con un buen manejo el buffel siempre tiende a dominarlos”.

También destacó que después de diez años en un potrero bien manejado, es importante practicar un re rolado porque aparecen las especies arbustivas: “Nuestra experiencia es que los re rolados sin semilla funcionan perfectamente bien, solamente aprovechando el banco de semillas acumulado”.

En “La Monina” también probaron cosechar semillas, pero de forma manual tiene muy poco rendimiento y “si uno tiene que pagar por esa cosecha, conviene directamente comprar la semilla, que cuesta aproximadamente 5 dólares el kilo y el trabajo del contratista, de 130 y 150 litros de gasoil por hectárea”.

En el Grupo GAMO ya hay varios productores que implantaron buffel, con distintos resultados, pero todos están muy satisfechos de tenerlo en su campo, porque el resultado en general ha sido muy bueno, destacó.

“Es una de las mejores opciones para esa zona árida, en especial cuando se busca incrementar la carga por hectárea (que es superior a los 8 animales) e implantar zonas donde no hay especies naturales; si se cierran las llamadas áreas de sacrificio, cercanas a las aguadas, deberíamos esperar varios años para lograr que vuelva el pastizal natural. En cambio, con el buffel en un año lo logramos”, agregó.

Para el mediano productor, esta pastura es una gran solución. Según el ganadero, para los de pequeña escala habría que contemplar planes, que el gobierno provincial en algún momento tuvo bajo el nombre de “Pasturas para mi provincia”, que era muy bueno, evaluó.

Si embargo, advirtió que el resultado en esos campos fue bastante malo, como consecuencia de falta de seguimiento, se seleccionó mal la empresa, sin experiencia en el tema. Por ejemplo, utilizó el mismo sistema para campos duros y blandos y lo hizo fuera de la época de siembra.

“El sol es un amigo del buffel, pero el frio es enemigo”, concluyó.

Producción: El Semiárido.

Fotos: Gentileza del productor.