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San Luis: 90 mil hectáreas están afectadas con yuyo colorado, el 12% de la superficie agrícola

La cifra la reveló el especialista del INTA Jorge Garay al exponer ante productores del sur provincial, preocupados por el fuerte avance de esta maleza, que además muestra resistencia a herbicidas. Consejos para detener su avance.

En la campaña 2013-2014 la presencia de Amaranthus palmeri  o yuyo colorado alcanzó el 12 por ciento de la superficie cultivada en la provincia, estimada en unas 744.000 hectáreas. El especialista del INTA San Luis Jorge Garay dio semejante dato durante una jornada realizada el miércoles en Buena Esperanza para productores del sur puntano preocupados por el imparable avance de esta maleza que también muestra resistencia a herbicidas.

Lotes principalmente con soja y gran presencia de yuyo colorado pueden observarse hoy en todo el trayecto de la Autopista 55, entre Villa Mercedes y Buena Esperanza, aunque productores del sur también reportaron graves daños en cultivares de alfalfa.

De fácil germinación, esta maleza que produce unas 200.000 semillas por planta fue detectada en Anguil, La Pampa, en 1978. En Argentina se la detectó en la campaña 2011-2012 en la zona sureste de la provincia de Córdoba (Vicuña Mackenna) y en Villa Mercedes en la campaña 2012-2013, donde afectó cultivos de soja, maíz y maní principalmente.

Hoy a esta especie se la encuentra en toda la zona agrícola de Villa Mercedes, Justo Daract, Lavaisse, Soven, Buena Esperanza, La Angelina, Unión, Quines, Candelaria, Tilisarao, Concarán y Cortaderas. El Amaranthus palmeri es originario de las zonas áridas de Estado Unidos y se cree que ingresó  a la Argentina con semillas de alfalfa importadas desde ese país.

Unos cincuenta productores escucharon los consejos de Garay durante una jornada impulsada por el Centro Ganadero Buena Esperanza-Batavia, que preside Diego Amondaraín, y de la que también participaron el director del INTA San Luis, Javier Genovés; los directivos del ente Hugo Bernasconi y Alberto Belgrano Rawson;  el jefe del Programa Producción Agropecuaria del Ministerio del Campo, Calos Larruse, entre otros técnicos.

En Argentina hay identificadas 17 malezas resistentes a herbicidas vinculadas a la soja, entre ellas el yuyo colorado. Garay explicó que entre las razones de su veloz propagación están la escasez de rotaciones, el uso de glifosato con monocultivo, aumento de cultivares resistentes a ese herbicida (soja en 1996, algodón en 2001 y maíz en 2004), y aplicaciones recurrents con un mismo modo de acción.

Investigaciones de INTA junto a diferentes empresas del sector agropecuario, muestran al Amaranthus palmeri como una especie instalada en la provincia de Córdoba desde hace tres campañas y constituye una de las nuevas inquietudes en los productores y profesionales de San Luis, advirtió el especialista.

Entre los grandes dispersores de la maleza, están identificadas las cosechadoras, la paloma y la hacienda. Garay aclaró que diversos factores constituyen su resistencia y dispersión, por lo tanto son diferentes las formas de efectuar su manejo y control integral: “Es importante que los caminos vecinales y banquinas tengan el mantenimiento adecuado para combatir esta maleza evitando que sea una fuente de propagación de la especie”.

Sugirió establecer un análisis antes de la siembra permite conocer si la semilla a implantar contiene este u otros tipos de maleza que puedan perjudicar el cultivo. Otra técnica implica manejar las fechas de siembras conociendo cuando se producen los picos de germinación de esta especie a fin de atrasar la fecha, permitiendo aplicar productos pre-emergentes que la controlen.

Los cultivos de cobertura en la región semiárida central constituyen para el técnico una buena alternativa para el control de esta maleza, ya que impiden la entrada de luz para que germine.

Para el control de esta y de otras malezas “difíciles”, técnicos de la experimental del INTA San Luis y de empresas, están evaluando herbicidas en mezclas, aplicados en barbechos cortos y largos, en pre y en posemergencia para maíz y soja.

Para ello se realizan ensayos en parcelas en el campo experimental de la EEA San Luis y en campos de productores. De esta experiencia se han obtenido algunos resultados promisorios con algunas mezclas de productos aplicados en preemergencia como Glifosato + Sulfentrazone ; Glifosato + Clomazone; Glifosato + Clorimuron etil + Sulfometuron metil + Sulfentrazone; Glifosato + Metribuzin + S – Metolacloro y Glifosato + Flumioxazin en soja. En maíz, la combinación sería Mesotrione en mezcla con Atrazina ; Thiencarbazone + Isoxaflutole + Ciprosulfamida en mezcla con Atrazina y S – Metolacloro con Atrazina.

En el cultivo de sorgo, recomiendan aplicar previo a la siembra Atrazina 0,75 kg/ha + 2,4D 0,75 lt/ha + Glifosato. Luego, en preemergencia, la segunda dosis de Atrazina 0,5 kg/ha + S Metolacloro 0,9 lt/ha + Glifosato; mientras que en la posemergencia para controlar los probables escapes de

Amaranthus palmeri se puede usar 2,4 D en dosis de 0,5 a 0,7 lt/ha cuando el sorgo tenga entre 10 a 25 cm de altura y luego se deben emplear caños de bajada: “En este cultivo el acercamiento entre hileras a 0,17 m demostró ser una excelente alternativa para el control de Amaranthus palmeri al impedir la entrada de luz suficiente para la germinación de la maleza”.