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San Luis: 7 escuelas y 4 grupos de inclusión cultivan hortalizas bajo cubierta en el noreste

Siete escuelas y cuatro grupos de inclusión social del noreste de San Luis desarrollan la autoproducción de alimentos en comunidades rurales y pueblos priorizando el cultivo de hortalizas y frutas frescas para una alimentación variada y saludable.
La actividad acompañada por técnicos de INTA, cobra importancia en zonas rurales del departamento San Martín, donde docentes, alumnos y referentes incorporan tecnologías y herramientas que permiten producir e incentivar la incorporación de alimentos saludables.
Entre las escuelas que participan de este proyecto, que inición en el 2014, se encuentranlaN° 197. Teniente Manuel Felix Origone, en Concarán; la escuela Rural N°223, Juan Manuel Pringles, en el paraje Los Lobos; el Instituto Privado Paula Albarracín de Santa Rosa Del Conlara y la escuela Rural N°107 Cornelio Saavedra de Barranca Alta.
Incentivar la autoproducción de alimentos desde un enfoque comunitario y sorteando las dificultades del clima en temporada invernal fue una de las motivaciones del proyecto. Para ello se desarrolló un diseño de producción sencillo en el que la gente pudiera llevar a cabo una producción saludable de alimentos utilizando diferentes métodos.
En este sentido la diversidad regional estuvo presente en el proyecto y puesta en marcha de las acciones. “La región está compuesta por tres grandes zonas: El Valle Del Conlara, la zona de la Sierra de Comechingones y las Sierra de San Luis por lo tanto decidimos elegir lugares estratégicos para iniciar las actividades, principalmente instituciones educativas y planes de inclusión social con enfoque comunitario” explicó el Ing. Agr. Ariel Risso, Técnico extensionista de la Agencia de Concarán.
“Hemos buscado que esta actividad se lleve a cabo en escuelas en donde el sistema de producción sea no sólo para obtener un producto y el alimento para consumir sino que se constituya como una herramienta para el aprendizaje, un lugar donde se puede demostrar que es posible esa tecnología y lograr la producción, visibilizando los resultados a la comunidad en donde se encuentra ese emprendimiento a través de jornadas de soberanía alimentaria”, remarcó Risso
La incorporación del invernáculo en la huerta escolar se tradujo en el abordaje del consumo de verduras alternativas y la vinculación con la alimentación saludable. “La tarea de la huerta estaba pendiente la queríamos llevar adelante desde la escuela porque el consumo de verdura y el trabajo de la tierra se da poco en esta zona serrana donde hay piedra y es difícil encontrar espacios donde la tierra sea buena o linda, por lo tanto los pequeños productores se manejan en base a la crianza de animales y no tanto a la producción de hortalizas”, explicó Rubén Gómez, docente de la escuela Rural Cornelio Saavedra en Barranca Alta
“Todos los años trabajábamos con el germinador y cuando queríamos transportar la semilla al suelo se nos presentaba la dificultad, no podíamos lograr que crezca, ya sea por el clima o producto de animales que se la comían, entonces no podíamos lograr que la planta creciera”. “Cuando logramos armar la estructura junto con el personal de INTA, el colegio y el apoyo de un vecino pudimos plasmar más el trabajo del aula con el invernáculo y el consumo de verduras”, resaltó el docente.

Armado de cubierta y bancal
La propuesta consistió en la construcción de un sistema de producción bajo cubierta económico y con materiales de fácil acceso, utilizando técnicas agroecológicas. De esta forma se inicia la construcción en conjunto con la comunidad y en diferentes puntos de la región, en establecimientos educativos y en huertas comunitarias los módulos de producción.
“Para el armado de esta tecnología se tuvieron en cuenta tres aspectos centrales que utilizan los cultivos bajo cubierta, el sistema de riego por goteo para eficientizar el uso del agua, porque en muchos de los lugares donde se trabaja el recurso es escaso, entonces esta tecnología posibilita su uso eficiente”, comentó Risso.
“El armado de la estructura es económica, se utiliza hierros alentado (el construcción), varillas del 12, elementos muy fáciles de conseguir, económicos y sencillos de armar y con resultados que se puede ver y constatar con el tiempo”.
El reciclado en este método tiene que ver con el uso y la vida útil de los materiales “en el caso de la cubierta, el nylón LDT, se reutiliza para forra el hierro porque el óxido perjudica al nylón nuevo que recubre la estructura entonces se puede utilizar el mismo nylón una vez deteriorado o también las cintas de goteo para recubrirlo las porciones de metal en contacto con la cubierta plástica. Porciones del nylon viejo se pueden usarmicrotúneles o como cubiertas de almácigos” detalló el técnico de la AER Concarán.
Otra técnica utilizada para acompañar la producción bajo cubierta y garantizar los resultados de la producción fue la técnica denominada Bancal Alto, utilizada desde tiempos remotos. “El método consiste en aportar una gran cantidad de materia orgánica al suelo ya sea con guano, que es lo más fácil de conseguir en la región, con hojas y ramas, siempre buscando aportar materia orgánica al suelo para mejorar su calidad nutricional desde el punto de vista químico y físico al mejorar la estructura del suelo facilitandoel crecimiento de las raíces”.

La huerta e invernáculo como herramienta didáctica
La finalidad de la huerta escolar y ecológica es que sea el punto de partida en la educación ambiental generando las bases de soberanía alimentaria en la comunidad rural donde se ubique la misma.
“Nosotros comenzamos trabajando desde hace cuarto año, haciendo el túnel diferenciando el trabajo de huerta al aire libre respecto a la huerta bajo cubierta. Sembramos exactamente lo mismo y fuimos comparando como fue creciendo y donde se produce mejor. Obtuvimos cultivos como lechuga, tomate, zanahoria, cebolla de verdeo y todos los cultivos que se consumen en la casa habitualmente”, explicó Leonel Giles alumno del Instituto Privado Paula Albarracín.
A la finalidad del proyecto se le suma la huerta y el invernáculo como herramienta en la construcción de conocimiento como eje transversal en el que se pueden abordar en forma didáctica temáticas tan diversas como matemática y física desde el cálculo de materiales para la huerta; biología como soporte del conocimiento en germinación, ciclo de vida y fotosíntesis; química en el componente de nutrientes para el crecimiento de las plantas y valores sociales y culturales desde el aprendizaje del trabajo en equipo, división de tareas y colaboración.
En este sentido Ronal Bergesio, docente de la asignatura en Proceso Productivo del Instituto Privado Paula Albarracín especificó que desde hace tres año incorporaron el invernáculo “esta técnica nos permite trabajar desde el punto de vista comparativo y demostrativo, es decir, conocer qué producciones son posibles fuera y dentro del túnel con distintos sistemas de riego y siembra utilizando bancales y riego por goteo dentro del túnel y tierra abonada con riego manual en el exterior. Nuestro fin es trabajar con la producción orgánica y líbre de agroquímicos, utilizando el compos y abonos naturales”.
Finalmente y como estrategia de aprendizaje y difusión hacia la comunidad se realizan todos los años jornadas a puertas abiertas en donde alumnos y docentes de los establecimientos educativos explicaron las actividades y técnicas desarrolladas además de presentar la producción de diferentes envasados y conservas.

Fotos: INTA San Luis.