El viernes se realizó una subasta especial de toros y otros productos de la cabaña Don Carlos, una división de Los Pamperos. «Refugiarse en la ganadería siempre es una buena opción», dijo El encargado de la Cabaña Don Carlos, el ingeniero agrónomo José María Gallardo.
Una semana y media después de haberse realizado la Expo Rural de Villa Mercedes, las gradas del predio La Fortuna se volvieron a poblar porque se realizó el remate anual de toros del establecimiento Don Carlos, una escisión de la cabaña Los Pamperos.
Miguel Talano, conocido rematador de Río Cuarto, fue el encargado de bajar el martillo en cada una de las ventas. El remate justo tocó en un momento cuando el país está viviendo una de las mayores incertidumbres, tanto desde lo político, cuanto desde lo económico.
En particular, el sector agropecuario se encuentra atravesado por las políticas del actual gobierno que había prometido varias medidas que no cumplió. Entre otras, las de la quita de retenciones, la cuales debió aumentar para hacer frente a los cumplimientos externos.
A ello se suma que las perspectivas políticas son poco alentadoras para los productores, dada la desconfianza que produce la llegada de un nuevo gobierno peronista al poder. Las llagas de la Resolución 125, con todo lo que acarreó, están vivas en este entramado social rural.
En ese contexto fue como los toros puros de pedigree lograron un promedio de 87 mil pesos en la venta y los puros controlados llegaron casi a 82 mil. El martillero tuvo que «remar» bastante para lograr las ventas en este contexto de incertidumbre.
La calidad observada en los toros subastados, de acuerdo con los presentes en el remate, fue de excelencia, como ya era una constante en la cabaña Los Pamperos, la que hasta el año pasado realizaba los remates anuales en la Rural villamercedina.
El propio encargado de la Cabaña Don Carlos, el ingeniero agrónomo José María Gallardo, reconoció ante El Semiárido que las ventas estuvieron «durísimas» al igual que la mayoría de los remates en la actualidad, que se realizan en un contexto de «incertidumbre monetaria y política».
«Por más plazos que se otorguen y buena calidad que presentemos, los productores tienen tanta incertidumbre como cualquier otro actor económico», refirmó la circunstancia por la que se transita.
Gallardo, en su análisis de la realidad, consideró que «refugiarse en la ganadería siempre es una buena opción», aunque en este momento «está retrasada en sus precios y enfrenta restricciones que se imponen en la capacidad de compra».
Los ejemplares que trajeron el viernes al remate, «son producto de Los Pamperos, con todos los años, la trayectoria y la calidad de esa cabaña», dijo Gallardo.
Se ha producido una escisión y estima que en dos o tres años los productos que se presenten se podrá decir que serán cien por ciento de Don Carlos, dado que son los tiempos de la genética. La especialidad: Aberdeen Angus.
«Los productores tenemos que acudir a nuestra naturaleza de la constancia, del tiempo, de invertir más allá de las coyunturas y la genética es un trabajo más que noble. Es el trabajo que empezamos hace pocos meses», completó el encargado de la cabaña.
Al hacer tan poco tiempo que se hizo cargo de la cabaña Don Carlos, El Semiárido consultó cuál era su prospectiva o su proyección en el tiempo, por decir un ejemplo, a cinco años. José María Gallardo fue claro: «me veo destacando las virtudes de lo que es esta hacienda, los huesos, los andares, la nobleza, la blandura de estos animales y me veo en un camino de mejoramiento y diferenciación con una hacienda cada vez más funcional a medida que pasa el tiempo».
Ante la apertura del mercado chino para la ganadería argentina, Evaluó que todos los canales de exportación se convierten rápidamente en «puestos de trabajo, reactivación de la economía y que benefician a todos» los actores.
La oferta que podemos hacer nosotros como país a China «es poco para tanta demanda», dijo. Se debe entender que la capacidad productiva de la ganadería argentina «fue diezmada por décadas de incertidumbre para el sector y para los tiempos que requiere la ganadería, una década es poco tiempo», destacó Gallardo.
Antes del comienzo del remate, el encargado de dirigirse a los presentes fue Fernando Spelanzón, médico veterinario del Grupo de Campo, quien agradeció la presencia de los compradores y destacó las características de los toros que se rematarían: «trabajamos en dos cualidades en la torada: en la terminación y presentación de los toros y en la mansedumbre de los animales».
«Grupo de Campo» está constituido por profesionales en negocios agropecuarios que tienen a cargo la administración de la cabaña Don Carlos, localizados en Bragado, provincia de Buenos Aires. En la página web presentan a ocho profesionales de campo y cuatro profesionales del área administrativa.
Se definen como un estudio agropecuario «con más de 30 años de experiencia, conformado por profesionales que se desarrollan en conjunto o individualmente en cada una de las áreas.
Explican que se desenvuelven en varias provincias y que marcan la diferencia «radicando su esfuerzo en el intercambio entre sí, con socios, otros profesionales y especialistas, productores, clientes, entidades agropecuarias, instituciones gubernamentales, asociaciones técnicas y de productores. La página es: grupodecampo.com.
Producción: El Semiárido
