Inicio Agricultura Planificar el uso de forrajes en San Luis: alimentación, manejo y sanidad

Planificar el uso de forrajes en San Luis: alimentación, manejo y sanidad

El panorama de las lluvias durante diciembre de 2017 y febrero de 2018 ha sido inferiores a lo normal en San Luis, por lo que su magnitud es variable entre zonas de producción, con valores de reducción trimestral cercanos al 25%.

Un análisis de la distribución diaria desarrollada por técnicos de INTA San Luis, muestra que los eventos de lluvia han sido muy diferente entre zonas, ya que en Villa Mercedes se registraron muy pocas precipitaciones diarias con valores superiores a los 10 mm, mientras que en Valle del Conlara, el número de eventos con estas características fue mucho mayor. Las mayores reducciones se han presentados durante febrero.

Un común denominador, además de las menores precipitaciones, fue la combinación de eventos climáticos adversos para la producción agropecuaria, como fueron la caída de granizo durante diciembre y enero, los golpes de calor en enero, y muy particularmente la helada registrada el 25 de marzo.

La combinación de estos eventos ha producido una menor estimación de rendimiento de los cultivos de soja y maíz comparado con campañas anteriores. En lo que respecta a las reservas hídricas para la siembra de pasturas, verdeos y cultivos de cobertura, las muy escasas precipitaciones de marzo han significados que los niveles sean bajos, siendo recomendable el monitoreo de la humedad edáfica como herramienta de planificación.

En el marco de la situación climática actual preciso repasar algunas estrategias en la planificación forrajera realizando un balance que busque mejorar la adecuación entre la producción de pasto (oferta) y los requerimientos (demanda). Además se debe calcular la demanda del rodeo sobre la base de los requerimientos de las distintas categorías que lo componen: Según edad, estado físico, composición y tamaño del rodeo.

Se trata de detectar los períodos más críticos y de esta manera administrar mejor el recurso forrajero, anticipadamente y a través de la planificación en períodos de falta o sobrante de pasto. Planificar, permite en alguna medida prevenir a tiempo lo que vendrá, reduciendo los riesgos. Algunas recomendaciones o alternativas consisten en evaluar la oferta de forraje, seguido del análisis de los requerimientos del rodeo.

Qué se sugiere

Para evaluar la oferta de forraje es necesario plantearse una visión integral con tres pilares fundamentales para una ganadería eficiente: Alimentación, Manejo y Sanidad.

Es fundamental conocer desde donde partimos, es decir cuál es la oferta en ésta época del año y en función a esto reservar lotes sin pastorear para la salida del invierno y no esperar a último momento para adecuar el rodeo.

Evitar el sobrepastoreo de rastrojos dejando el remanente de un 30 % permitirá minimizará riesgos de erosión, haciendo un uso sustentable del recurso suelo. Recuerde que debido al sobrepastoreo aumenta la probabilidad de tener problemas por consumo de plantas tóxicas.

En caso de recibir precipitaciones entre los 60 y 80 mm en otoño, puede sembrar un cultivo de cobertura de centeno en lotes agrícolas. Esta práctica posibilita la conservación del suelo y la posibilidad de un pastoreo liviano a la salida del invierno, dejando un remanente de un puño de altura.

Finalmente no olvide mantener las picadas cortafuegos para evitar incendios. Esto es fundamental para conservar sus reservas forrajeras.

El análisis del rodeo permite lograr vacas con producción, conformación, salud, longevidad y fertilidad. Para ello recuerde realizar el diagnóstico de preñez. En vacas de cría los mayores requerimientos nutricionales son desde el último tercio de gestación y hasta el 3er. mes de lactancia.

Para disminuir la carga y minimizar las pérdidas ocasionada por la falta de forraje, es preciso tener en cuenta alternativas como el encierre a corral y la hotelería. También se puede considerar la recría de vaquillonas, la terminación de vaca de rechazo y gordos aprovechando la reducción de peso de faena a 270 kilos de peso vivo para la hembra.

La presencia de un bache forrajero pone a la Suplementación estratégica y encierre a corral como dos herramientas fundamentales para lograr este objetivo de producción.

A partir de aquí debemos conocer el déficit o falta de forraje y no esperar hasta último momento para adecuar la carga de su campo, esta debe ajustarse a la disponibilidad de forraje y a los requerimientos de su rodeo. A su vez destetar temprano y anticipar el tacto eliminando vacas viejas y vacías.

Finalmente evaluar la adquisición de reservas o suplementos en forma conjunta, permite abaratar costos y corregir las deficiencias de acuerdo con la alternativa de cada caso.