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Nuevos ensayos en San Luis para controlar la cortadera chica con herbicidas sistémicos

Los tratamientos de control químico de la cortadera chica analizados por un grupo de especialistas y técnicos del INTA San Luis, en especial aquel con efecto más prolongado, son consideradas tácticas de manejo viables para reducir la competencia entre los cultivos y la maleza, e impedir la diseminación de ésta, sin promover el deterioro del suelo.
El trabajo fue desarrollado por los ingenieros agrónomos de la Estación Experimental del INTA San Luis Jorge Garay, José Cuello, Matías Vergés Manzur  y Luis Mayer, quienes advierten en una reciente publicación sobre las características agresivamente invasoras de esta maleza. Describen que en la región semiárida central del país, específicamente en el centro y sur de la provincia de San Luis, la cortadera chica (Pappophorum caespitosum Fries R.E.), también conocida como pasto criollo o pasto de liebre, se ha convertido en los últimos diez años en una especie invasora de cultivos de verano y verdeos de invierno, dificultando el manejo de los sistemas agropecuarios, y eventualmente, atentando contra su productividad, como ya ocurre en el sudeste de Santiago del Estero .
Es una maleza con crecimiento preponderantemente primavero-estival que habita en ambientes con baja disponibilidad hídrica y suelos pobres, detallan los técnicos y agregan que emerge y rebrota a inicios de la primavera, florece luego de aproximadamente treinta días, fructifica hacia mediados del verano y llega a producir hasta 15 mil semillas de elevado poder germinativo por ciclo.
La ahora temida cortadera chica tiene la habilidad de dispersarse a través del viento, animales y maquinaria agrícola, desde ecosistemas naturales a lotes barbechados o con cultivos en pie: «Aunque el pasaje de rastras es una de las tácticas viables para controlar la cortadera chica, su implementación puede incrementar los riesgos de erosión eólica e hídrica, especialmente en aquellas áreas de producción con suelos sueltos», advierten.
Aunque con algunos cuidados, otra de las tácticas de control es el uso de herbicidas, aunque los agrónomos aclaran que conforme avanza el crecimiento de la maleza, se incrementa su capacidad de manifestar tolerancia al herbicida glifosato: «Los lotes infestados por matas de la cortadera chica, como resultado de un manejo del lote y control ineficientes, representan un problema difícil de revertir y que incluso puede agravarse si no se impide la propagación sexual y posterior diseminación de la maleza».
 
Trabajo a campo
Frente a ello, los técnicos se plantearon estudiar el control que ejercen dosis contrastantes del herbicida Sulfosato Touchdown en forma aislada, y combinada con otros herbicidas no residuales (Verdict HL y Cerillo) sobre individuos de la maleza cortadera chica previo a floración.
En la campaña 2014-2015 condujeron un experimento a campo en un lote sin cultivo desde los últimos tres años, altamente infestado por cortadera chica (cobertura verde ≈ 84 %) de la localidad de Justo Daract, provincia de San Luis (33° 47´ S, 65° 17´ O), sobre un suelo Haplustol Éntico de la serie Villa Reynolds, con un perfil A-AC-C de textura franca arenosa con un pH de 6,5-7,5; un contenido de materia orgánica en el horizonte superficial de 1,5% y una capacidad de retención de agua de 100 a 110 mm por metro.
Hacia fines de la primavera (17 de diciembre) se aplicaron cinco tratamientos (Tn) sobre matas de individuos de cortadera chica en estadios vegetativos de su tercer período de crecimiento: T0, control sin aplicación de herbicida; T1, 3 L ha-1 de Sulfosato Touchdown (62 % sal potásica); T2, 3 L ha-1 de Sulfosato Touchdown + 0,25 L ha-1 de Verdict HL (haloxifop-R-metil éster 54 %); T3, 5 L ha-1 de Sulfosato Touchdown; T4, 5 L ha-1 de Sulfosato Touchdown + 2,5 L ha-1 de Cerillo (paraquat dicloruro 20 % y diuron 10 %).
Durante la aplicación la temperatura fue de 22,7 °C, la humedad relativa de 53 %, y la velocidad del viento de 7,4 km h-1 . Los tratamientos se distribuyeron mediante un diseño completamente aleatorizado con tres repeticiones, en parcelas experimentales de 4 m de ancho y 25 m de largo. Para la aplicación de dichos tratamientos se empleó una mochila de presión constante de 2,5 bar por fuente de CO2 con un caudal de 120 L ha-1 y una velocidad de 4,5 km h-1 , provista de cuatro picos cono hueco 110-05, separados a 0,5 m.
Para cada tratamiento, se midió la cobertura verde de la maleza a los 30 y 60 días desde la fecha de la aplicación (dda). El nivel de control de la maleza se calculó como el porcentaje de cobertura verde respecto al testigo sin tratar, utilizando una escala de 0 (cobertura verde igual a aquella del testigo) a 100 (cobertura verde nula). En cada momento de observación, los valores registrados de control se analizaron por medio de un modelo de ANOVA con efectos fijos a fin de evaluar el efecto del tratamiento químico.
Se utilizó la prueba LSD para detectar diferencias significativas (p < 0,05) entre las medias de los diferentes tratamientos químicos. Resultados y discusión: En términos generales, los tratamientos presentaron niveles de control de la cortadera chica elevados a los 30 dda (80-90 %), a excepción de T1 que tuvo un nivel significativamente menor (40%; Figura 1).
En la siguiente observación (60 dda), sólo T4 mantuvo un control elevado de la maleza (90%). Aunque los niveles de control de los demás tratamientos resultaron relativamente bajos (< 50 %), se observaron diferencias significativas entre ellos; con valores superiores para T3, intermedios para T2, e inferiores para T1. La aplicación de una dosis de 5 L ha-1 del herbicida sistémico Sulfosato Touchdown, o de 3 L ha-1 pero combinada con el graminicida Verdict HL permitió controlar durante al menos un mes la cobertura verde de la maleza.
Sólo la aplicación combinada de una dosis de 5 L ha-1 de Sulfosato Touchdown con el herbicida de contacto Cerillo pudo controlar la cobertura verde de la maleza durante un intervalo de tiempo aún más prolongado (de al menos dos meses). Este hecho estuvo asociado a un retraso en el rebrote de la maleza.
Los tratamientos de control químico aquí analizados, y en especial aquel con efecto más prolongado, constituirían tácticas de manejo viables para reducir la competencia entre los cultivos y la maleza, e impedir la diseminación de ésta, sin promover el deterioro del suelo.
Anticiparon que en un estudio próximo evaluarán el efecto que ejercen los herbicidas sistémicos y de contacto sobre la cortadera chica en estadios vegetativos tempranos; cuando la sensibilidad a los herbicidas es mayor.
Foto: Gentileza vhf agro.