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Mirassou: «Vamos a empezar por quienes más lo necesitan»

Susana Mirassou en su asunción como presidenta de INTA. Estuvieron los ministros Cafiero y Basterra.

«El objetivo es llegar a la equidad. No puede ser que en el país haya un 40% de la población que pasa hambre», dijo la nueva presidenta de INTA.

Susana Mirassou habla claro, contundente y rápido, como quienes saben y tienen mucho para decir, pero también para hacer. El viernes fue presentada oficialmente como presidenta del Instituto de Tecnología Agropecuaria (INTA), un cargo en el cual el Gobierno puso fichas: eligió para liderar el proyecto de innovación agropecuaria a una investigadora que se inició en ese mismo instituto como becaria, toda una definición después de cuatro años de gestión de Cambiemos, que recortó el financiamiento y el acceso a los puestos de investigación.

Cuando ingresó en 1988 la esperaba un recorrido por el INTA que la llevó hacia una carrera profesional ascendente, una maestría en Economía Agraria y un doctorado en Ciencias Sociales, y ahora, la primera mujer en encabezar el organismo. Y también una lucha personal: ser madre por adopción. Fue una decisión individual y adoptó a Mayra cuando tenía 11 años. Ahora tiene 23 y es parte de una familia ensamblada. «Fue una elección de vida. Ya estaba en el INTA y el proceso de adopción requiere muchos horarios especiales. Me sentí muy acompañada con todos los permisos que necesité. Hoy, creo que hay que institucionalizar estos aspectos para resignificar el rol de la mujer en el trabajo con prácticas que sean acordes», especifica.

Optimizar los tiempos con su familia de cinco integrantes con el desafío más demandante del INTA es parte de la vida de Mirassou ahora. «El INTA está debilitado después de los cuatro años de gestión anterior. Tenemos una dotación que se redujo significativamente. No hubo despidos masivos, pero hay 800 personas menos por jubilaciones y retiros voluntarios que generaron vacancias en líneas de investigación importantes. Tampoco se pudo incorporar nuevas disciplinas que marcan agenda, como las TICS en el agro.

—Fue coincidente con la baja de proyectos de ciencia, y la eliminación de de Ciencia y Técnica como ministerio

—Por supuesto nos vimos afectados en la caída general de presupuesto, que afectó roles importantes, como el del personal que colabora en tareas de campo, el personal administrativo, con quienes trabajamos como equipo. El mundo está avanzando en las TICS y se necesita capacitación permanente.

—¿No es contradictorio que un gobierno que se planteó como eje la innovación desatendiera la investigación?

—No es lo mismo tener un rol gerencial en el Estado que ser buen gerente en el sector privado. Son lógicas distintas, porque el Estado requiere una mirada más integral y no de ganancia. Son recursos de la sociedad que tienen que ser retornados a la sociedad. Soy muy respetuosa de todas las entidades que nos acompañan, pero no fue bueno para el INTA.

—¿Cuál es su desafío ahora al frente del INTA?

—Estamos con energías y con las banderas en alto. Tenemos que trabajar con los sectores de la cadena. La agroindustria tiene un lugar relevante y los centros de investigación regionales son claves para el país, y para aportar a la mejora de la exportación con valor agregado. Es el camino a construir compartido entre lo público y lo privado.

—¿Cómo van a trabajar hacia el mercado interno?

—Tiene un rol muy importante la agricultura familiar en la lucha contra la pobreza y el hambre. Trabajamos con Desarrollo Social con ProHuerta y las estaciones periurbanas a lo largo de todo el país. El INTA es un actor en el territorio y hay que buscar la mejor forma de comercializar en escala, en ferias y mercados. Vamos a empezar con quienes más lo necesitan porque el objetivo es llegar a la equidad. No puede ser que en el país haya un 40% de la población que pasa hambre.

Reportaje: Gabriela Granata – BAE Negocios