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La caída del consumo y una escasa competitividad exportadora comenzaron a retrasar los valores de la hacienda

En lo que va de marzo, y respecto de los promedios de febrero, los precios de la hacienda con destino a la faena tuvieron subas menores.

El novillo promedia 1720 pesos y la suba relación al promedio del mes pasado fue de 1,2%. En el caso de novillitos y vaquillonas, cuyo faltante se empieza a sentir porque los feedlos están ofreciendo menos hacienda para la faena, los promedios fueron de 1840 y 1780 pesos en marzo y las subas de 6% y 7,2%.

Estas subas son muy inferiores a la inflación argentina, que fue de 13% el mes pasado y de la que se espera cierre a niveles similares a marzo. Las diferencias reflejan lo que está pasando con la venta del alimento más preciado por los argentinos, la carne vacuna, que subió entre 4% y 6% en febrero, también por debajo del promedio general de los precios.

Estas variaciones muestran a las claras el impacto de la situación macroeconómica en el consumo de alimentos. Según un reciente informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la caída del consumo en el rubro alimentos y bebidas fue de 33% en febrero.

En el informe mensual de la consultora Zorraquín & Meneses destacaron que “para no perder competitividad, los precios de la hacienda en pie deberían subir en marzo un 15%, lo que no ocurrió. Los precios están en valores similares o con aumentos de un 5% en el mes respecto de febrero”.

Luego agregaron: “Los precios no son malos comparados con la historia (en moneda comparable algunas categorías están hasta un 30% arriba del promedio histórico), pero respecto a enero se observan caídas del 10% en términos reales”. Y eso se completa con “un aumento de los costos de producción en dólares (salarios, impuestos, alquileres, insumos) que reduce los márgenes de rentabilidad potencial”.

El consumo no tracciona y el otro canal comercial al que tanto se apuesta, la exportación, sigue perdiendo competitividad por el atraso cambiario y la inflación interna que por la parálisis del dólar se transforma en subas de costos en dólares.

La industria frigorífica debe exportar con un dólar menor a 1.000 pesos sobre el cual se deben descontar las retenciones de 9% y por eso el precio de la hacienda le queda caro. Con esas condiciones el negocio sería rentable si el precio de la carne que pagan los importadores europeos y chinos fuera alto, pero China bajó los precios 20% respecto de un año atrás y en Europa los precios están en los 13.000 dólares por la tonelada Hilton, es decir, un valor promedio histórico.

El kilo de novillo en gancho a los frigoríficos les cuesta 4 dólares. En Uruguay la industria paga 3,65, en Paraguay 3,35 dólares el kilo y en Brasil 2,85 dólares.

En definitiva, los dos canales comerciales para la carne vacuna tienen problemas para pagar más. El consumo por la crisis interna y la exportación por las condiciones de competitividad. Y eso ahora ya impacta en los valores de los ganaderos, que no lo sienten tanto por ahora ya que son históricamente altos, pero que evidencian el inicio de un atraso que se profundizaría ya que no hay señales que indiquen que la situación vaya a mejorar.

Bichos de Campo – Nicolás Razzetti