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Iriarte analiza el tema carne en el país y lo que ocurre en los países de la región

Ignacio Iriarte analiza el cierre de exportaciones de carne vacuna que dispuso el gobierno argentino, lo que sucede en los demás países de la región y el incremento de la demanda mundial de carne vacuna.

El mercado interno está muy débil, más por la pérdida de poder de compra de los consumidores que por los importantes volúmenes de novillo y vaca conserva que hasta hace poco se exportaban y ahora se deben colocar forzadamente en el mercado interno.

El precio de la carne al mostrador, cuya baja era el objetivo de todas estas medidas, avanzó un 14% en mayo-junio, y retrocedió un 2-3% en julio-agosto. Para los que pergeñaron estas medidas, el resultado neto ha sido muy malo. Para los consumidores también. No está todo dicho: falta la reacción de los productores, hasta ahora moderada porque se esperaba que se revisaran las medidas; falta la reacción de los trabajadores de la carne, que recién ahora parecen percibir la reducción de la masa salarial que se viene y los miles de puestos de trabajo que se perderán.

El mercado internacional, mientras tanto, es una fiesta, en buena medida por el repliegue argentino. En los primeros siete meses del año las exportaciones de carne vacuna del Paraguay crecieron un 47% y las de Uruguay un 27%. Los precios FOB han comenzado a subir: el precio promedio de las exportaciones de Brasil resultó en julio un 35% más alto que un año atrás. Brasil acaba de detectar un caso de vaca loca en su rodeo, lo que puede traer consecuencias -de corto plazo- impensadas. El USDA acaba de revisar-a la suba- sus pronósticos sobre las importaciones chinas de carne porcina y vacuna para el 2022.

China Según el último informe del Rabobank, la demanda por carne vacuna en China tiene un enorme potencial. La peste porcina africana, el covid 19, la rápida expansión del e-commerce y los cambios en el estilo de vida han contribuido al florecimiento de la demanda por carne vacuna.

El informe espera un crecimiento lento pero sostenido de los volúmenes comerciados, pero estima que se dará un rápido crecimiento en el valor de mercado de los cortes; la expansión se dará por el crecimiento de nuevos y modernos locales al público, por las ventas vía internet, al tiempo que se mantendrá estable la demanda del food-service. Según el Rabobank, la producción de carne vacuna en China puede crecer sólo en algunas “regiones específicas”, y con ayuda oficial, en muchos casos como parte de un plan de desarrollo regional y en búsqueda de un impacto social. La demanda adicional por carne vacuna, de acá en más, tendrá que ser satisfecha por la importación, lo cual intensificará la competencia en el mercado internacional, presionando en los años venideros sobre los precios mundiales de la carne vacuna. “El crecimiento del mercado chino de la carne vacuna, de acá en más, vendrá de la mano de los productos “Premium” y de los cambios de hábitos en el consumo”.

En julio último, China importó 350 mil toneladas de carne de cerdo, un 21% menos que un año atrás, y 187 mil toneladas de carne vacuna, sólo un 9% menos que en julio del año pasado, en un mercado de carnes donde se siente la caída del precio del cerdo al mostrador, que ha bajado un 50% en lo que va del año. Todos los pronósticos apuntan a que esta superabundancia doméstica de carne de cerdo, afectará más las importaciones de carne porcina que las de carne vacuna, cuyo crecimiento no se ha detenido por el problema del covid 19. Hace unos días, el USDA ha pronosticado para el 2022 una caída del 14% en la producción china de carne porcina, previéndose para el año que viene importaciones de carne de cerdo del orden de las 5,10 millones de tn (+7%) e importaciones de carne vacuna de 3,30 millones de tn (+6%); ambos pronósticos han sorprendido al mercado, que esperaba una caída en los volúmenes adquiridos. Mientras tanto, se intensifica la competencia de Estados Unidos y China en la búsqueda de carne manufactura: la carne australiana de vaca sin hueso, 90 CL, tocó la semana pasada el valor más alto en 20 meses, rozando los altísimos precios de la carne que se dieron a fines del 2019 en la feria de Importación y Exportación de Shangai.

La demanda desde Estados Unidos es tan intensa que los frigoríficos australianos están pagando 5,00 dólares por kilo en gancho la vaca manufactura, con precios – equivalentes- para los trimmings, que se exportan a Japón, Corea del Sur o China. “La demanda de Estados Unidos está muy firme, pretendiendo adquirir los mismos cortes y categorías que lleva China. Al no conseguir suficiente vaca, toro o trimmings, empiezan a incursionar sobre cortes magros del cuarto delantero o de la rueda, cortes que usualmente no se usan para fabricar carne picada”. Pero ahora ha comenzado a participar un jugador inesperado: Japón. Este país tradicionalmente ha importado cortes americanos y australianos de alto precio, pero también demanda, de manera creciente, fuertes volúmenes de carne magra o de trimmings, para su industria de hamburguesas o para el canal del food-service. Un reciente artículo del portal australiano “Beefcentral” destaca que el nuevo mercado para la carne magra de Australia -la misma carne que demandan China y Estados Unidos- es el de Japón, que compra volúmenes crecientes de cortes magros, trimmings o carne manufactura.