Inicio Fruticultura Investigadores argentinos descubren una enfermedad que afecta a la nuez Pecán

Investigadores argentinos descubren una enfermedad que afecta a la nuez Pecán

Investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad Nacional de La Plata determinaron la causa de una de las afecciones que padecen los cultivos de la nuez Pecán, cuya producción se concentra fundamentalmente en la provincia de Buenos Aires y de Entre Ríos. El fruto, por sus propiedades, tiene beneficios alimenticios y medicinales.

El trabajo, llevado a cabo en el Instituto Fitotécnico que la Facultad de Agronomía tiene en Santa Catalina, Lomas de Zamora, determinó que la nueva patología que afecta a los nogales de esta especie es producida, principalmente, por el hongo Phomopsis y podría ser una dificultad importante para la expansión de esta producción rentable que se halla en pleno auge.

Según datos del INTA, la historia del Pecán se remonta al siglo XVII en los Estados Unidos. Es el único nogal originario de América del norte, y su especie es considerada como la de producción de nuez más valiosa de ese continente. Su nombre de origen indio describe el producto del nogal como “la nuez que requiere de una piedra para romperse”. Originario del centro y este de los Estados Unidos y los valles de los principales ríos del norte de México, su fruto fue ampliamente utilizado por los habitantes precoloniales de esas zonas. El Pecán llegó a nuestro país en el siglo XIX a través de semillas traídas por Domingo F. Sarmiento. Este posiblemente sea el origen de algunos árboles añosos que se encuentran en estancias de Buenos Aires, Entre Ríos, y otras provincias.

María del Carmen Molina, una de las investigadoras del proyecto, señaló a Argentina Investiga que “se estima que la aparición de la enfermedad –que comienza a evidenciarse a partir de 2014– estaría asociada con la introducción de materiales de propagación infectados, cuyo inóculo, presente en los tallos injertados, se multiplicaría en una primera etapa en viveros y luego en los lotes de producción, a través de las plantas infectadas”.

Otra de las integrantes del equipo, María Cristina Noelting, relató que “para detectar los patógenos que afectaban a las plantas enfermas se utilizaron técnicas de rutina en fitopatología para realizar el aislamiento de posibles agentes causales, además de pruebas de patogenicidad que permiten reproducir los síntomas previamente observados”.

El trabajo de campo se llevó a cabo en las localidades bonaerenses de Los Hornos, Chascomús, Verónica, Álvarez Jonte y Junín. En este sentido, las responsables del proyecto reconocieron que existe la posibilidad de encontrar la enfermedad también en otras regiones del país que aún no han sido exploradas.

La elevada rentabilidad del cultivo en los últimos años favoreció su difusión en diversas provincias, lo que permitió ampliar la zona de producción a más de 6.000 hectáreas implantadas, concentrándose principalmente en Buenos Aires y Entre Ríos. El fruto que da el árbol cuenta con innumerables beneficios para la salud a través de sus propiedades alimenticias, medicinales y estéticas.

Molina, además remarcó que es esencial evitar la propagación de la enfermedad, y que para ello deberían analizarse fundamentalmente las plantas que se venden en los viveros. En este sentido, recomendó implementar una serie de estrategias para reducir los daños producidos por esta enfermedad fungosa, como podar los árboles maduros después de la cosecha, mantener condiciones óptimas de limpieza en invernáculos destinados a la producción masiva de plantas, utilizar material sano para sembrar e injertar, desinfectar herramientas destinadas a las tareas de injerto, monitorear los viveros comerciales y los lotes de producción en forma periódica para evaluar el estado sanitario de las plantas.

También aconsejó evitar el confinamiento de plantas en viveros de producción para lograr un mejor estado sanitario, aplicar fertilizantes en el suelo y en el follaje de las plantas y mantener una adecuada humedad de la tierra para evitar la implantación en terrenos bajos con escaso drenaje.

Por tratarse de una patología de reciente descubrimiento, las investigadoras coinciden en que el impacto podría ser muy alto entre los productores, debido a que afecta en forma directa la producción y su rentabilidad.

FOTO: Internet