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Estudian la dieta de las hormigas negras cortadoras de hojas en dos zonas de San Luis

Forrajera voraz. La hormiga negra tiene una gran adaptabilidad a distintos tipos de hábitats.

De apetito insaciable y admirable capacidad de adaptación, las hormigas cortadoras de hojas constituyen los herbívoros dominantes del Neotrópico, y consumen más vegetación que cualquier otro grupo de animales, incluso aún más que los mamíferos, homópteros y lepidópteros. Existen numerosos factores que limitan o acentúan la relación antagónica entre hormigas y plantas.

En su trabajo de tesis, la doctora en ciencias biológicas por la Universidad Nacional de San Luis, Ana Irene Medina, analizó los hábitos alimentarios de la hormiga cortadora negra —Acromyrmex lobicornis— en relación a la disponibilidad y calidad de los recursos forrajeros en la provincia de San Luis. En este trabajo, la entomóloga analizó también, en forma comparativa, las respuestas de las obreras de esta especie pertenecientes a colonias de hábitats distintos frente al producto natural de la jarilla: la resina fenólica, un compuesto que sintetizado sirve para la fabricación de tableros electrónicos y bolas de billar, entre otros objetos de uso cotidiano.

El estudio mostró que la A. lobicornis forrajea en forma selectiva y a su vez se comporta como generalista. De acuerdo a las observaciones, el insecto cosecha en mayor proporción a las especies dicotiledóneas y específicamente a las dicotiledóneas arbustivas, tales como Larrea cuneifolia (jarilla macho), Zucagnia punctata (falsa jarilla), Atriplex lampa (zampa) y Larrea divaricata (jarilla hembra).

“La composición química de las plantas no es un factor que afecte la selección de su dieta. Aunque la celulosa podría ser un predictor de rechazo de plantas que se encuentran disponibles, la hormiga negra cosecha en mayor proporción a plantas que poseen la resina fenólica con propiedades repelentes a insectos hervíboros, como la jarilla hembra y macho”, estableció el estudio.

Las obreras forrajeras de la zona de Juana Koslay rechazaron la resina fenólica mientras que las de las Quijadas la incorporaron a su dieta sin problemas.

En rigor, en los ensayos de laboratorio, las hormigas obreras mostraron diferentes respuestas frente a la resina fenólica dependiendo de la colonia de origen. Por ejemplo, las obreras forrajeras de la zona de Juana Koslay rechazaron el producto natural desconocido, mientras que las obreras de las Sierras de las Quijadas la incorporaron a su dieta sin problemas.

La jarilla, arbusto autóctono de la región.
La jarilla, arbusto autóctono de la región y uno de los alimentos predilectos de la lobicornis.

“La variabilidad de respuestas sugiere que A. lobicornis de Quijadas posee mayor capacidad de habituación frente a la resina fenólica de la jarilla. Estos resultados también brindan información acerca del papel que juegan las obreras forrajeras en las sociedades de hormigas cortadoras de hojas”, señaló el estudio, y concluyó que el caso Acromyrmex y Larrea emerge como un prometedor sistema natural para profundizar los factores del comportamiento que subyacen en la adaptación local frente a productores naturales de plantas.