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Es oficial: se venderá harina de soja a China

Ayer quedó oficializada en la sede del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, la venta de harina de soja a China. Se formalizó en un acto del que participaron autoridades de ambos países. También se habilitaron siete plantas para exportar carne aviar. De la información sobre la venta de harina de soja hay que derribar algunos mitos creados antes de ayer, que vale la pena leer e informarse.

 

El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Luis Miguel Etchevehere, junto a su par de Relaciones Exteriores y Culto, Jorge Faurie, el embajador de China en Argentina, Zou Xiaoli, y el presidente del Senasa, Ricardo Negri, oficializaron  en la sede nacional de la cartera agropecuaria, el acuerdo para la entrada de harina de soja argentina a China.

«Argentina y China están preparados para intercambiar todo tipo de productos, brindándole al país una gran oportunidad de ingreso al mayor mercado consumidor mundial de proteína vegetal para alimentación del ganado», dijo el ministro Etchevehere.

En su discurso resaltó que el acuerdo «nos ha permitido consolidar la participación del sector agroindustrial en la agenda bilateral, al punto que el mismo representa más del 85% de nuestras exportaciones a China, alcanzando un valor de 3.000 millones de dólares en 2018».

Durante la presentación se anunció, además, la habilitación de 7 nuevas plantas de carne aviar, siguiendo el proceso abreviado que indica el memorando de cooperación firmado en abril de este año.

Este acuerdo es resultado de la relación de cooperación generada por los presidentes Mauricio Macri y su par chino, Xi Jinping, y de la política de apertura al mundo iniciada hace cuatro años.

En estos años, Argentina logró ingresar con su carne bovina, ovina y porcina y aceites de soja al mercado chino, además de las cerezas, cítricos, arándanos frescos y arvejas secas, mandarinas, miel fraccionada y a granel.

Primer mito: Los 20 años

No obstante, desde el portal Bichos de Campo el colega Matías Longoni advierte que el gobierno quiso imponer que hacía 20 años se estaba negociando esta venta y recién ahora se había concretado, como fue publicado e instalado en la mayor parte de los medios nacionales.

Longoni, que tiene dilatado camino recorrido, buena memoria y mejor archivo describe la situación de la siguiente forma:

«Pero ese ha sido el primer gran mito que se instaló en las últimas horas en torno a este acuerdo sanitario entre China y la Argentina (el de los 20 años). Que es positivo, sin duda, pero que ha sido presentado de modo más que exagerado.

La realidad es que 20 años no es nada pero tampoco es tanto como para andar alardeando. La realidad indica que la Argentina exportó harina de soja a China hasta 2006 y que han pasado 13 años desde que se interrumpió ese flujo de comercio. En 2006 habían ingresaron en el mercado chino 85.779 toneladas de pellets por 18 millones de dólares. En 2005 habían sido 1.624 toneladas y en 2004 unas 3.065 toneladas. Estamos hablando siempre de volúmenes muy chicos comparado con lo que consume China y lo que produce la Argentina.

Si aquel incipiente comercio se interrumpió no fue porque las negociaciones estuvieran trabadas. Simplemente sucedía que China -al igual que la Argentina- tiene una industria de “crushing” muy poderosa que producía casi toda la harina de soja que ese país necesitabaa. Un informe del agregado agrícola argentino fechado en febrero de 2012 contaba que “las importaciones de pellets de soja se han mantenido entre las 100.000 y 200.000 toneladas en los últimos 5 años (entre 2006 y 2011)”. Es decir, en volúmenes muy chicos. El grueso de ese negocio lo hacía la India, que está mucho más cerca de China que la Argentina.

“Si bien nuestro país está habilitado a exportar pellets y expellers de soja a China por la autoridad sanitaria china, en el marco de la normativa sobre importación de piensos, en la actualidad, no se registran importaciones desde Argentina de ninguno de estos productos”, decía ese informe oficial en 2012.

En rigor, lo de los “20 años de negociaciones” es un exabrupto en la información oficial, pues no hubo ningún impedimento sanitario para exportar harina hasta 2014. A partir de ese año, las autoridades chinas sí comenzaron a exigir un protocolo específico a los países que le quisieran vender harinas proteicas. Es decir que la negociación a lo sumo pudo haber durado 5 años. La cuarta parte de los 20 que se informaron.

Hecha esta aclaración, hubo un primer intento por firmar ese protocolo en 2017 (ya en el gobierno de Macri), cuando China ofreció enviar a sus inspectores. El costo de esa misión sanitaria, como es costumbre, debía correr por cuenta de los interesados en habilitar ese comercio y firmar el protocolo. Pero la Argentina se negó a afrontar dicho gasto. Distinto fue lo que pasó en 2019. A fines de agosto, finalmente vino una inspección que fue recibida con éxito por el Senasa, y la Argentina logró a los pocos días recuperar ese mercado.

El otro mito: los negocios por U$S 1.600 millones

El otro gran mito sobre este nuevo acuerdo con China lo estuvo alimentando el verborrágico embajador argentino en Beijing, Diego Guelar, que habló de una posibilidad de hacer nuevos negocios en 2020 por 1.600 millones de dólares. También la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) colaboró a alimentar tan altas expectativas, al indicar que en la campaña 2019/20 Argentina podría exportar 31 millones de toneladas de ese subproducto, es decir unas 5 millones de toneladas más de las que colocaría en el mercado internacional este año.

Son estos dos datos aislados los que permitieron a muchos voceros oficiosos del gobierno salir a comunicar sin mayor sustento que “se estima que en una primera etapa, para inicios de 2020, se exporten unas 5 millones de toneladas de harina de soja, por un valor aproximado de 1.600 millones” de dólares.

Esta estimación, a priori, parece ser demasiado exagerada. Según fuentes de la industria aceitera local, ese pronóstico se acerca más bien a un potencial de mercado (la suma equivale a todo lo que importa China hoy en harinas proteicas de todos los orígenes) que a la realidad. “Lo positivo es que se firmó la apertura y no hay una cuota de exportación, y por lo tanto no hay techo para hacer negocios. Pero esto llevará tiempo y al principio las exportaciones serán pequeñas”, evaluó esta fuente, de modo mucho más realista.

Por suerte, el relato no dominó la conferencia de prensa en la que este miércoles al mediodía se presentó el acuerdo en el Ministerio de Agricultura. Participaron el ministro Luis Miguel Etchevehere; el canciller Jorge Faurie; el presidente de Senasa, Ricardo Negri; y el embajador de China en la Argentina, Zou Xiaoli.»

De esta forma el colega Matías Longoni contribuye a ilustrarnos sobre acontecimientos que admiten más de una forma para observarlos.

Fuentes: Ministerio de Agricultura y Bichos de Campo