Las primeras señales agronómicas y comerciales de que el cultivo andaría muy bien en San Luis llegaron hace 80 años. En su edición del 7 de marzo de 1940, el diario El Heraldo anunciaba que en la provincia se sembrarían en esa campaña unas 500 hectáreas y elogiaba los rendimientos por hectárea con valores muy superiores a la media nacional.
“En terrenos pobres, donde no crece el maíz sin riego, se ha obtenido un rendimiento de 2000 kilogramos de algodón bruto por hectárea, mientras el término medio del país es de 890”, dice la crónica del periódico.
El hallazgo de este valioso dato publicado hace más de ocho décadas fue del historiador Santiago Rovera, cuando realizaba su habitual trabajo de investigación en el Archivo Histórico de la provincia de San Luis.
El algodón en tierras puntanas hoy es noticia por la superficie alcanzada, la calidad de su fibra, el generoso rendimiento por hectárea promedio, que se ubica entre los más altos del país, y porque de esas cosechas también salen las semillas que proveen a productores de gran parte del país. Y, lo más importante, la provincia está declarada libre del dañino Picudo del algodonero.
En la última campaña se cultivaron en la cuenca Llanura Norte más de 7 mil hectáreas, todas bajo riego, y el horizonte de crecimiento es más que auspicioso, según el análisis del experto Mauricio Tcach, director del criadero del INTA de Roque Saenz Peña, Chaco, para la obtención de variedades de algodón, cuando dialogó en exclusiva con El Semiárido.
Los rendimientos actuales superan los 4 mil kilos y las empresas que cultivan algodón son siete, todas concentradas en el departamento Ayacucho, en el norte de San Luis, donde se encuentra la mayor reserva de agua subterránea de la provincia, equivalente a tres diques La Florida.
El gran potencial que tiene el algodón en San Luis, según un experto del INTA
