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Cómo fue planificada y ejecutada la supuesta estafa de Vicentin, según uno de sus denunciantes

Gustavo Feldman. "La única manera de cobrar es investigando y rastreando a donde fue a parar la inmensa masa de dinero".

Gustavo Feldman, abogado de Grassi S.A., analiza el comportamiento de la empresa que perjudicó a productores, bancos y empresas nacionales e internacionales

El abogado Gustavo Feldman fue entrevistado por el medio de comunicación «Reconquista Hoy», dado que fue quien en representación del Grupo Grassi s.a. presentó una de las tantas denuncias penales que sumaron en las últimas semanas varios de quienes fueron directores del Grupo Vicentin.  Esta denuncia fue presentada en la Unidad de Delitos Complejos y Económicos del Ministerio Público de la acusación, sede Rosario, a cargo del fiscal Miguel Moreno.

Sostuvo que hubo una verdadera planificación, un verdadero plan con división de roles y funciones, para captar y tomar deuda mediante obtención de créditos y recepción de cereales, utilizando «el esquema Ponzi», tal como se conocen en el mundo de las finanzas las estafas realizadas mediante el sistema piramidal. Vicentin diseñó un plan para simular un estado de cosas y captar deuda, sabiendo que esa deuda no la iban a pagar nunca; y entiende que en su plan, Vicentin contó con connivencia política.

Explica que el último balance de la empresa (correspondiente al año 2019) dejó al descubierto que los balances anteriores no se ajustaban a la realidad, había un estrategema para mostrar una solidez que Vicentin no tenía.

Feldman cree que sería muy importante que en la causa penal declare como testigo el presidente de la Nación, Alberto Fernández, para que ratifique una supuesta confesión que le hizo Sergio Nardelli (ya fallecido) siendo el CEO de Vicentin, quien le habría reconocido al mandatario que las empresas creadas eran sellos para tomar deudas. Entiende que se aprovecharon de la sugerencia de los bancos internacionales de que debían diversificarse, para internacionalizarse y así licuar el activo, aunque aclaró que hay sociedades serias, como el caso de Buyanor s.a., donde el dueño de Maxi-Consumo tiene el 50% de las acciones; Latam, que es controlada por Vicentín Family Group de Uruguay tiene el 49,4% y el 0,6% restante es de Vicentín saic.

Burda maniobra

Como maniobra burda mencionó que el mismo día que declararon el estrés financiero, Vicentin tomó granos a La Clementina, sabiendo que no iba a pagar; y que la denuncia que presentó en la última semana el Banco Macro explica lo mismo. (ver https://www.elsemiarido.com/banco-macro-denuncio-penalmente-a-vicentin-por-prestamo-de-500-millones/)

Cree que la única manera de cobrar que tienen los acreedores «de una manera más o menos digna, no ominosa como propuso Vicentin», es con el respaldo de las empresas que controlan quienes fueron directores de Vicentin, y que para eso es clave que el Poder Judicial ordene levantar el velo societario, para revelar quiénes están detrás de la personería jurídica que provocó semejante resultado perjudicial para tantos acreedores. Vale recordar que la doctrina que permite levantar el velo societario, nació en los Estados Unidos a comienzos del siglo XIX para evitar que estafadores puedan eludir obligaciones limitándose a la responsabilidad asumida dentro de la personería jurídica.

Cuando el periodista le preguntó: ¿Qué le dice a su cliente, qué expectativa de cobrar le da?, el Dr. Feldman respondió que la única manera de cobrar es investigando y rastreando a donde fue a parar la inmensa masa de dinero .

Chiste de mal gusto.

En otro tramo de la entrevista, el Dr. Feldman sostuvo que la pesificación de la deuda en dólares es otra maniobra para no pagar, que no tiene ni pie ni cabeza desde el punto de vista jurídico. Definió que si pesifican la deuda a valor histórico y sin intereses, a pagar un 40% a 10 años con 2 más de gracia, es un chiste de mal gusto; y por lo tanto ve muy difícil que esta propuesta se acepte, porque la mayoría de capital lo tienen los bancos, especialmente el Nación.

Para el abogado del Grupo Grassi s.a., el último balance de Vicentin es un «sincericidio», y ahí se explica por qué no lo presentaban, y por qué recurrieron a un «juez amigo», como definió al Dr. Fabián Lorenzini, juez civil y comercial de Reconquista que está a cargo del Concurso Preventivo de Acreedores.

La denuncia penal

Dice -entre otras cosas- que «la aparente solvencia que tanto Vicentin como sus representantes fueron construyendo en el mercado se basó en un complejo entramado que supo imitar casi a la perfección el sistema defraudatorio conocido como esquema Ponzi, con el que lamentablemente consiguieron engañar no solo a miles de productores sino también a entidades bancarias, y que tendrían contemplado cada uno de los detalles.

Es por ello presumiblemente que pudieron pasar los rigurosos filtros que les eran requeridos para la obtención de créditos y la realización de operaciones de gran magnitud como las que llevaban a cabo, sin que nadie en toda la cadena pudiese advertir lo que se escondía detrás.

Se mostraba el mejor de los escenarios, una empresa sólida y confiable, donde sus representes se presentaban como personas de prestigio y moral intachable, y esto los llevó a ocupar lugares destacados en distintos espacios, dentro y fuera del mercado.

La sociedad se publicitaba en una constante y productiva expansión, diversificando sus competencias mediante la creación de otras sociedades que en su propia página web presentaba como parte de un gran, único e imponente grupo. Hoy, según se investiga, se sospecha que NADA ERA ASÍ.

Ni los balances reflejarían la realidad, ni sus representantes serían quienes decían ser, ni las sociedades se habrían utilizado para ampliar y mejorar el proceso productivo.

Lamentablemente para muchos de los que resultamos afectados, cuando todo esto se denunció ya era demasiado tarde.

En nuestro caso particular, por los grandes volúmenes con los que habitualmente se operaba con Vicentin SA, le habíamos entregado una gran cantidad de cereal, parte con en proceso de cobro y parte con precio a fijar, que obviamente jamás le hubiésemos dado de haber conocido la real situación financiera de ésta».

En la denuncia, el abogado destaca que Grassi s.a. «conforme la verificación de créditos oportunamente presentada dentro del Concurso Preventivo, es el segundo mayor monto en la lista de acreedores comerciales y el primero no cooperativo».

Vicentin creó una aparente solvencia que le permitió acumular una gran cantidad de stock de cereal y obtener importantes créditos de distintas entidades bancarias, para ir financiando el esquema defraudatorio mientras desviaban los activos de la sociedad hacia otros entes que crearon a tales fines. Para ello habrían adulterado los balances, contabilizando falsos activos y ocultando el verdadero pasivo, para mostrar así un superávit que no era tal.

El discovery solicitado por los Bancos internacionales a los que Vicentin adeuda millones de dólares fue el puntapié inicial para dejar al descubierto las distintas conductas defraudatorias. De allí surgieron entre otras cosas la existencia de stock de mercadería que no eran tales, pasivos que no se encontraban registrados y desviación de activos a cuentas particulares de los socios y a otras sociedades donde la concursada tiene participación accionaria.

Ahora con la presentación del balance 2019 que Vicentin se resistía a entregar (lo hizo 7 meses después de su presentación en concurso) surgen nuevos datos y se confirman otros, que ponen en evidencia las irregularidades de los anteriores estados contables.

La necesidad de “acomodar” el balance 2019 a la realidad concursal, lleva a una manipulación de los números tan absurda, que resulta imposible pensar que esto es un reflejo de lo que realmente ocurrió de un año a otro.

Vicentin pasó de un Patrimonio Neto positivo de 566 Millones de dólares a menos 611 millones; es decir, lo que tienen ha disminuido en 1.178 millones de dólares De ser ciertos los números que presenta Vicentin SA, ello implicaría que destruyó valor a un ritmo de USD 3.288.355 diarios o lo que es peor, USD 4.829.301 por cada día de operaciones del mercado. Para ello debería haber trabajado todo el año con márgenes de U$S120 negativos promedio por tonelada de todos los productos que compró. Hablamos de perder, en promedio el 50% del valor de los productos que elegía voluntariamente comprar día a día en el mercado, lo cual es irrisorio.

En esta industria de commodities, siempre existe la posibilidad de no comprar, es algo que cada día se observa en el mercado. Hay participantes que compran y otros que deciden no acompañar los precios, porque tal vez son demasiado caros para sus oportunidades. Hablamos de 1 dólar, 3 dólares, o como máximo 5 dólares por tonelada.

Pensemos que la decisión de no moler, en una industria como ésta, implica pagar los costos fijos pero ahorrar los costos variables. Es decir, si no se compra soja, no se muele y no se vende aceite y harina. En ese caso, la industria perdería entre 4 y 8 dólares por tonelada no molida.

En este marco Vicentin pretende que creamos que trabajó todo el año, con resultados tan malos como para destruir valor por 120 DOLARES POR TONELADA comercializada.

En el mercado, ofreciendo U$S10 por tonelada de margen, a cualquier competidor le hubiese interesado abastecer, la totalidad de los compromisos que pudiera haber tenido Vicentin asumidos con anterioridad, y todavía le hubiesen restado 110 dólares por tonelada para ahorrar.

Si esto hubiera sido cierto, ¿Por qué lo hacía?. ¿No era mejor parar las plantas?. Tan ilógico que solo puede ser explicado con lo sostenido al comenzar éste punto, en los años anteriores, se manipularon abiertamente los balances para reflejar activos y patrimonios que no eran ciertos. Al verse obligados a concursarse, porque un acreedor les pidió la quiebra, tuvieron que sincerar la realidad de los pasivos de la empresa, y no tuvieron otra opción que reflejar los verdaderos activos y pasivos, ya que toda ésta información, de todas formas, quedaría expuesta con las verificaciones de créditos de los acreedores.

Mientras Vicentin, empresa insignia y principal motor de un complejo entramado societario nacional e internacional, colapsaba hasta generar un patrimonio neto negativo, inexplicablemente, sociedades vinculadas e integrantes de Vicentin Family Group incrementaban sustancialmente su valor.

Todo ello hace presumir que mientras se distraía a los acreedores con datos falsos, los representantes de Vicentin habrían ido vaciando a ésta, pasando sus activos a otras sociedades de modo de asegurarse de que, en caso de que ocurriera lo que preveían y luego terminó ocurriendo, el default, parte importante del activo quedara fuera del alcance de sus acreedores, y pudieran disponer sin control o restricción alguna del mismo, como en los hechos ocurrió por ejemplo con el Frigorífico Friar S.A., o con las ventas de Tastil S.A. (Uruguay) y parte de las acciones de Renova S.A.

El complejo entramado de Vicentin, muestra un conglomerado de más de 40 empresas declaradas y conocidas, con participaciones cruzadas y holdings en el exterior que, en muy pocos casos, tienen participantes fuera del grupo.

Lo llamativamente extraño de esta situación es que se observa que la mayoría de las empresas del grupo han aumentado significativamente su valor contable, mientras que la madre sucumbía por causas que se alegan como “ajenas” a las gestiones de los directores.

Hay clara evidencia, y siempre hablando de las sociedades conocidas a través de los estados contables de Vicentin SAIC, que parte del mayor valor, era desviado para que quedase fuera de Vicentin SAIC, pero siempre vinculados a los dueños finales del grupo.  Y todo esto, por supuesto, quedó fuera del concurso preventivo y de todo riesgo de quiebra. Fuera también del patrimonio que constituye la garantía de los miles de acreedores de Vicentin.

Según los estados contables, Renova ganó en 3 años 540 MILLONES DE DOLARES, vendiéndole servicios básicamente a dos clientes, Vicentin S.A. y Oleaginosa Moreno S.A. Es decir, el Grupo Vicentin, dueña del 50% de Renova, ganaba 270 millones de dólares mientras la sociedad que contrataba e impulsaba su operatoria (Vicentin SA) entraba en default.

Otro dato llamativo que, entiendo debe ser investigado, es como llegó Vicentin Paraguay a comprar Renova, ya que según sus estados contables lo habría hecho con las millonarias ganancias que afirma haber obtenido de su giro comercial, moviendo volúmenes cercanos a las 600 mil toneladas anuales, simplemente embarcando soja para Argentina.

Vicentin Argentina moviendo entre 6 y 9 millones de toneladas anuales, durante los 3 años que van de 2016 a 2019, termina con una crisis financiera que la lleva a concursarse, mientras que Vicentin Paraguay, “comprando barato” y vendiendo el mismo producto “caro” a Vicentin SAIC, por solo 600 mil toneladas, generó ganancias descomunales.

¿Por qué Vicentin, dueño de Vicentin Paraguay, sabiendo que debe U$S1600 millones, con la cesación de pagos en puertas, entrega el control de Renova vendiendo las acciones?.

Algo similar ocurrió con Friar SA y con Tastil SA, ésta última vendida durante 2019 y la primera luego de Vicentin SA ya se encontraba en Concurso Preventivo.

También debe investigarse el hecho de que muchas de las sociedades vinculadas aparecen como acreedoras y deudoras en la apertura del concurso, en tanto esto podría evidenciar dos posibles mecanismos de vaciamiento:

  • Operaciones comerciales perdidosas para Vicentin SAIC y beneficiosas para las Vinculadas. Es decir, se habrían generado compras caras y/o ventas baratas a empresas vinculadas.
  • Vicentin SAIC habría asumido costos, fundamentalmente financieros, que deberían haber pagado las empresas vinculadas.

Fuente:  Reconquista Hoy