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Científicos de San Luis crean productos a través de residuos PET

Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) creó Reci-PET una alternativa que propone realizar tratamientos químicos o físicos a desechos de plástico PET (polietilentereftalato). A través de este proceso buscan obtener productos con valor agregado tales como: el ácido tereftállico y filamentos de PET para crear prótesis a través de impresiones 3D.

El proyecto dirigido por la Dra. Deicy Barrera cumple con los requerimientos de una economía circular tendiendo a desarrollar un paquete tecnológico, contribuyendo a la reducción de los residuos de PET y planteando un proceso innovador que permite obtener nuevamente un producto de valor.

El trabajo nació a partir de una investigación que viene desarrollando Dimar Villaroel Rocha en su tesis de maestría. Su estudio se trataba de cómo los residuos de PET, material con el que se hacen las botellas de bebidas (agua, gaseosas, aguas saborizadas), a partir de un proceso químico verde (realizado a través de residuos y de un tratamiento suave), generan el ácido tereftállico, material que se utiliza en el laboratorio como reactivo químico para producir otros materiales que son utilizados en aplicaciones medioambientales. Este material es utilizado adicionalmente en las industrias de resina y de pinturas, y como materia para realizar nuevas botellas de PET.

En un primer momento esta idea se desarrolló en el Laboratorio de Sólidos Porosos en el que trabaja el equipo. Sin embargo, cuando abrió la primera convocatoria del año 2019 del concurso universitario de innovación UNSL Xi, los científicos vieron que se podía trasladar la investigación, para dar una solución a un problema que afecta y compete a todos.

A partir de su participación en el concurso, Reci- PET comenzó a ser un proyecto interdisciplinario del que participan tres (3) facultades: Ciencias Físico, Matemáticas y Naturales (FCFMyN), Química, Bioquímica y Farmacia (FQByF) y Ciencias de la Salud (FCS). En esta última Facultad han adquirido recientemente en el Departamento de Kinesiología y Fisiatría una impresora 3D y realizan distintos trabajos de investigación en la temática.

Debido a que uno de los materiales que se utiliza en la impresión 3D son los filamentos de PET, surgió la idea de que el material reciclado pueda ser utilizado para continuar con los trabajos de investigación y comenzar con la tarea de producción de prótesis.

Sobre la posibilidad de realizar un trabajo con profesionales de otras disciplinas, la Dra. Barrera afirmó que es indispensable el poder unir esfuerzos y conocimientos para trabajar y llegar a mejores resultados. «Muchas veces nos acostumbramos a trabajar en nuestra área, con nuestro grupo y nuestro conocimiento, y no nos damos cuenta que podemos transferir lo que hacemos y que de esta manera podemos darle solución a problemas latentes en la sociedad», sostuvo.

¿Cómo es el proceso?

Las botellas de PET se trituran en pedazos pequeños y a través de un proceso químico, se disuelven en soda cáustica, en Hidróxido de Sodio y en alcohol comercial. Una vez disuelto, se hace una precipitación con un ácido, finalmente se filtra y se seca, obteniendo el ácido.

El proceso realizado en el Laboratorio les permitió producir poca cantidad del producto, es por eso que en un futuro próximo esperan poder generar más cantidad de Reci-PET para poder así contar con una muestra para que empresarios e investigadores puedan probarlos en sus procesos.

«Lo que esperamos hacer en un futuro es poder escalar lo que hacemos en el Laboratorio, donde hacemos cantidades pequeñas (…) no sólo para suplir las necesidades del Laboratorio, sino de otros grupos de investigación, tanto de la UNSL como de otras universidades del país y poder ofrecer el producto a empresas que lo adquieren por exportación, ya que no se obtiene en Argentina.», afirmó la científica.

Unas de las aristas que destaca la Directora es el ampliar la producción y generar oportunidades de trabajo. También el objetivo es poder ofrecer un producto con la misma calidad pero a un menor precio del que en la actualidad se exporta. Para ello el equipo necesita infraestructura y expertos de diferentes áreas del conocimiento, tanto en lo científico como productivo.

«UNSL Xi fue un punto de partida, pero actualmente estamos buscando otras formas de financiamiento para poder llevar el trabajo a otro nivel, poder transferir y mostrar lo que se realiza en el Laboratorio», afirmó la investigadora.

Actualmente no se consigue el ácido tereftállico en el país, es por ello que el proyecto tiene una gran ventaja al lograr optimizar el proceso al bajar el costo de producción. De esta manera los 100 gramos de material que se venden actualmente a 80 dólares, puede crearse por el equipo y venderse por 6 dólares.

¿Qué se hace en la actualidad con los residuos PET?

Una botella de 500 ml de agua tarda 500 años en degradarse. A su vez, el material que actualmente se saca en San Luis de los basureros es prensado y vendido sin que tenga ningún tratamiento físico, ni químico, para darle un valor agregado y poder así obtener un producto.

«Luego de un relevamiento del tema, encontramos que más del 20% de los residuos PET no se recicla y que el material que llega a los vertederos y basureros no alcanza a ser completamente manejado y termina siendo enterrado», sostuvo Deicy.

La propuesta del equipo implica el poder hacer acuerdos con el Gobierno de la Provincia y con la Municipalidad de la Ciudad para que existan lugares específicos a los que se puedan llevar las botellas y de esta manera los científicos obtengan la materia prima y puedan darle un valor agregado a través de la producción del ácido.

En la ciudad de San Luis se han realizado campañas de reciclaje, pero la mayoría de las personas no lo hace. Generalmente tiran todos los desechos en una misma bolsa, sin realizar una separación de los mismos.

Una de las ideas de los investigadores es el poder crear la conciencia social en el manejo de los residuos, incentivando a las personas a que separen únicamente las botellas y por ello obtener una remuneración simbólica por su aporte.

Al mismo tiempo, el equipo realizó los primeros contactos con la gerencia de vertederos, quienes están interesados en la propuesta y en comenzar a implementar políticas que se llevan a cabo en otros países en los que si las personas no reciclan, pueden tener una multa, pero si lo hacen obtienen beneficios.

«Tenemos la idea de poder darle un beneficio a la gente, como una carga en la tarjeta SUBE o un descuento en las boletas municipales, para de esta manera poder obtener la materia prima que necesitamos para seguir realizando el proyecto», afirmó Deicy.

Los investigadores pueden aprovechar un 70% de cada botella, con la que pueden realizar dos (2) síntesis. Además, esperan poder en un futuro investigar si pueden realizar el mismo tratamiento en otros plásticos que no tengan mucha vida secundaria y poder así incluirlos en el proyecto.

Espíritu innovador

El director del Laboratorio, Dr. Karim Sapag, sostuvo que es un orgullo que estos proyectos encarados por jóvenes motivados por un espíritu innovador y emprendedor se realicen en el Laboratorio de Sólidos Porosos de la UNSL. «Es fundamental la transferencia, siempre que hacemos investigación tenemos como prólogo las posibles aplicaciones, pero se termina hablando de cosas muy puntuales en la parte científica y no dándole una aplicación concreta. Las tecnologías son las que dan la transferencia a la parte científica y es lo que estábamos necesitando», afirmó.

Fuente: noticias.unsl.edu.ar.