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Autoproducción de Semillas Agroecológicas: Los primeros pasos en Córdoba

Recuperar una práctica tradicional en la producción de alimentos: este es el eje principal del Proyecto Semillas Hortícolas Agroecológicas que nació en el centro de la provincia de Córdoba. “Surge de una problemática que se escuchaba mucho en las Ferias Agroecológicas: que la provisión de semillas era errática por parte de las instituciones, que no había diversidad en las variedades, que llegaban a destiempo y que muchas veces no eran de buena performance”, contextualiza Matías Giraudo, ingeniero agrónomo y coordinador del proyecto que se presentó en 2017, pero cuyo financiamiento fue aprobado por el Ministerio de Agricultura y Ganadería provincial en 2019.

Su objetivo es que los productores de la agricultura familiar adquieran maquinaria y conocimiento para la elaboración propia de semillas, abandonando progresivamente la dependencia con el mercado. Incorpora a horticultores de Colonia Caroya, Malvinas Argentinas, el sur del Cinturón Verde de la capital e incluso a productores de la zona de Sierras Chicas.

“En su momento los productores hortícolas tenían la cultura de la autoproducción de semillas. Se dejaba una parte del cultivo para extraer semillas y volver a sembrar la siguiente campaña. Pero luego llegaron las empresas y los registros de semilleros, que hicieron que se pierda ese hábito. Hoy un productor directamente va y compra, ha perdido ese ejercicio de años anteriores”, explica Giraudo a este medio.

En el mismo sentido, el ingeniero agrega que el interés de los agricultores en el proyecto se debe al creciente costo de la semilla en los últimos años, que ha influido en la rentabilidad del productor. La autoproducción permitiría achicar esos costos y garantizaría la elaboración de semillas adaptadas a las condiciones agroclimáticas del propio territorio.

“Muchos municipios e incluso la provincia han comprado semillas a emprendimientos de San Juan o Bahía Blanca, por ejemplo. Con esto la idea es que puedan comenzar a hacerlo en las producciones locales, promoviendo la toma de mano de obra propia y generando trabajo genuino”, analiza el ingeniero.

Actualmente, la pandemia modificó los planes de trabajo planteados al comienzo del proyecto. Como no están habilitadas las reuniones grupales, por el momento los técnicos están avanzando en la compra de la maquinaria e infraestructura necesaria. Se adquirió una trilla para separar la semilla del resto de la planta, una clasificadora de semillas e insumos para riego. También se compraron semillas madre para comenzar con la multiplicación apenas la situación sanitaria lo permita.

No es menor mencionar que, además, los ajustes presupuestarios condicionaron la llegada de los equipos: el proyecto, que originariamente solicitaba un presupuesto de 1.200.000 pesos, fue aprobado dos años después, cuando las sucesivas devaluaciones y una inflación acelerada habían desvalorizado considerablemente la moneda local. “Tuvimos que reformular las prioridades en función de la situación económica, porque maquinaria que en ese entonces salía 50.000 pesos, hoy cuesta 180.000 mil. Es complicado”, dice Giraudo al respecto.

Estos equipos serán móviles y se trasladarán de una zona productiva (UP) a otra. En total serán diez las unidades productivas que van a estar capacitadas para esta tarea. “Trabajaríamos con nodos para procesar y clasificar el material. No establecimos lugares fijos por una cuestión de costos, no podríamos alcanzar a comprar la cantidad de equipos suficientes. Pero hay buena predisposición por parte de los productores para otorgar, rotativamente, un lugar físico que permita trabajar el material propio y de quintas vecinas. También quedará la puerta abierta para que se sumen otras UP”.

Creación de un Banco de Semillas

En septiembre de 2019, con el consenso del Ministerio de Agricultura y Ganadería, la Comisión de Agricultura de la Legislatura y representantes de entidades de pequeños productores, se aprobó en Córdoba la Ley Provincial N° 10.657 de “Desarrollo Integral de la Agricultura Familiar Campesina e Indígena”.

En su artículo número 12, dicha ley contempla la creación de un Banco de Semillas, cuyas finalidades son: preservar especies y variedades nativas y criollas, facilitar el acceso a semillas al productor que no pueda acceder y fomentar el intercambio de especies y variedades entre productores. Además, el texto de ley hace mención a “la producción de semillas propias, ya sea para autoconsumo o venta de su excedente”.

Actualmente, un equipo interdisciplinario conformado por representantes de la Subsecretaría de Producción Agropecuaria Familiar de Córdoba, el INTA Pro Huerta, el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (CONICET – UNC), la Subsecretaría de Agricultura Familiar de la Nación y el Centro de Investigación Agropecuaria, se encuentra elaborando un documento -consensuado con los sectores productivos- para presentar al poder legislativo y ejecutivo respecto a la reglamentación de la ley.

“Se han ido sumando opiniones voces de la agricultura familiar de muchas regiones de la provincia. El próximo jueves tenemos un encuentro virtual, donde el objetivo es establecer las primeras conclusiones y construir un documento para exigir la puesta en marcha de la normativa”, concluyó Giraudo.

Fuente: InterNos