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Ariel Ayello demanda reglas claras para la ganadería

"Lo que puede alentar la producción ganadera son los mercados internacionales que se han comenzado a abrir"

Si se trata de hacer una síntesis de la extensa charla que El Semiárido mantuvo con el productor agropecuario y dirigente gremial del sector ruralista, Ariel Ayello, se puede centrar en la demanda una política de Estado «con reglas de juego claras» para incentivar la producción ganadera. A ello se debe sumar «estabilidad en la cuestión comercial», que el productor «participe en la cadena de comercialización» y que los diferentes gobiernos «aflojen con la carga impositiva».

Ariel Ayello es secretario de la Sociedad Rural Río Quinto con sede en la ciudad de Villa Mercedes y vicepresidente de CARTEZ, entidad de segundo grado. A su vez, es delegado a Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), entidad que reúne a las sociedades rurales del interior del país. Muy conocido por sus posiciones claras y precisas respecto de los temas que conciernen al sector.

El dirigente considera que la ganadería fue el sector que peor ha padecido el efecto inflacionario. “No sólo porque sus valores no lo acompañaron, sino porque hay diferentes tipos de precios aún en la misma categoría de hacienda”.

En concordancia con uno de los consignatarios que entrevistamos hace pocos días atrás, sostiene que la hacienda en pie no ha aumentado más del 15 % en un año, en contraposición con lo expresado en el último informe del IPCVA, que calcula la suba de la carne en los supermercados o en las carnicerías en el orden del 40%.

¿A qué atribuye Ayello estas diferencias tan significativas? A la “falta de una política ganadera que se extienda en el tiempo, dado que se necesitan reglas de juego claras porque hacen falta 3 ó 4 años para sacar  un producto”. Ejemplifica con una ternera que se deja para madre.

Explica que los diferentes vaivenes que ha sufrido la ganadería en los últimos años le hizo perder al sector en stock y en  precio.

Ilustra la situación cuando recuerda que los insumos que acompañan al desarrollo de la ganadería han crecido al ritmo de la inflación. Menciona a los combustibles, agroquímicos, productos veterinarios, personal para trabajar, los granos para alimentación.

“El productor no fija precios. Eso nos ocurre a todos los que producimos carne, leche o verduras (ver información publicada hoy: “Los consumidores pagaron 426% más de lo que percibe el productor en la chacra”). Los precios los fijan los intermediarios o el frigorífico o los supermercados y son ellos los que se quedan con la utilidad”, afirma.

Más aún, Ayello explica que al productor le pagan a 20 ó 30 días. Mientras que la venta de la carne se hace al contado, con lo  cual “a todo ese proceso lo aguanta el productor. Por eso están desapareciendo muchos, o se pasan a la agricultura o dejan la actividad o arriendan los campos”; y remata: “a  la parte más jugosa se la llevan los intermediarios”.

En varios pasajes de la charla el entrevistado sostiene que “hace falta una política por parte del gobierno que se mantenga durante un tiempo, más allá del gobierno de turno para recuperar la proteína más cara, que es la carne”.

Cuando se le consulta cuáles serían las dos o tres medidas que el productor necesita se sostengan en el tiempo para poder producir sin tanta zozobra, Ariel Ayello hace un punteo:

1.- Estabilidad en las reglas de juego. Ejemplo de lo que no debe ocurrir: las retenciones; otro, los feedlots con el tema de la variación en el precio de los alimentos para los vacunos, al igual que con los porcinos o las aves.

2.- Estabilidad en la cuestión comercial. ¿En qué sentido? Así como se acomodó la venta de hacienda al desaparecer la categoría ternero/a, debe acomodarse también la venta del animal faenado. Ya no va más el sistema de media res. Hay que aprovechar mejor la comercialización de los cortes.

3.- Que participe el productor en los sistemas de comercialización, a lo largo de toda la cadena.

Otra de las definiciones de Ayello es que la carne tiene un valor al que denomina “costo político”. ¿Cómo lo explica? “Nadie quiere aumentar la carne porque saltan los consumidores, los noticieros y se arma el escándalo. Suben los combustibles, los servicios, y no pasa nada. Pero la carne no puede subir», se queja.

Trazado este panorama por el entrevistado, ¿Cuáles son las expectativas para el año que comenzamos a recorrer? Al respecto abrió una lucecita de esperanza: «Yo creo que lo que puede alentar la producción ganadera son los mercados internacionales que se han comenzado a abrir, siempre y cuando los frigoríficos abran un poco el juego y bajen rentabilidad a los productores».

Está convencido que la forma de salir de la situación actual «es con precios». Para ejemplificar, preguntó ¿vos viste que promocionaran la siembra de soja? y se respondió: «No. simplemente hubo precio, exportación y solo se encaminó hacia ese lado».

Como corolario  sintetiza la explicación con una expresión bien propia, «acá no hay que ser tan sabio». Y resume los puntos que debieran cumplirse para que el productor vuelva a producir ganadería:  hace falta que la hacienda valga lo que tiene que valer, que se consuman internamente los saldos no exportables, que el productor participe en las cadenas de comercialización y que los gobiernos aflojen un poco el pie a las cargas impositivas y tributarias.

Producción de El Semiárido